Feijoo a la oposición: «Benvidos ao problema demográfico»

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

Paco Rodríguez

El PSOE dice que el programa del PPdeG é o mellor anticonceptivo», y el BNG ve en la economía la clave para repuntar

10 jul 2019 . Actualizado a las 14:46 h.

La desigualdad social, la distribución de la riqueza, los motivos de las familias gallegas para no tener hijos y los incentivos públicos para dinamizar la natalidad eran los debates que se esperaban en el último pleno de control al presidente de la Xunta del actual período de sesiones, pero todo acabó con un campeonato de lanzamiento de datos de un lado al otro del hemiciclo. El PSdeG y el BNG plantearon sus preguntas al hilo del anteproyecto de Lei de impulso demográfico, pero sobre todo cuestionaron el trabajo realizado por el Gobierno gallego en un texto que todavía está en trámite y que llegará al Parlamento dentro de unos meses abierto a propuestas.

La oposición, pese a reconocer la complejidad del problema, trató en su exposición de responsabilizar en exclusiva al PP de la situación en Galicia, por su hegemonía política durante tres décadas, y se fijaron específicamente en los últimos diez años, con Feijoo al frente del Ejecutivo. «A crise demográfica é un retrato demoledor do seu fracaso», dijo Ana Pontón (BNG), mientras que Xoaquín Fernández Leiceaga (PSdeG) concluyó que la iniciativa legislativa «é testemuña do seu fracaso», afirmó coincidiendo en el calificativo. Para el líder socialista, la política popular ha sido «o mellor anticonceptivo» en Galicia, y por ello pidió cambios «en profundidade» con una ley que describió como una «declaración de intencións, que nin prescribe nin prohíbe». Para la nacionalista, la clave para combatir «os peores datos da nosa historia» es la economía, el problema «de fondo». Los salarios dignos, la vivienda o la retención del talento, refería la portavoz del BNG, a la que tampoco le gusta la Lei por ser poco ambiciosa y por no hacer una apuesta real por la conciliación.

Feijoo no negó el problema, pero defendió el esfuerzo de la Xunta por incentivar a las familias -50 millones de euros-, la creación de plazas de guarderías o la política migratoria de retorno, que a su juicio está funcionando y que ha permitido tener un balance positivo en su década en el poder. «Benvidos ao problema demográfico», reprochó a los dos portavoces, a los que acusó de haber ninguneado las políticas autonómicas incluso en la etapa de Fraga, que según el líder popular fue el primero en llamar la atención sobre la situación que se estaba planteando ya a principios de los 90. Sin embargo, el presidente recurrió a las cifras y se remontó a los años 70 para señalar que fue en esa década cuando los nacimientos empezaron a caer, y entonces «o señor Feijoo ía a unha escola rural de Os Peares». De hecho, amplió esta situación a todas las comunidades españolas y a Europa, «onde non goberno». El líder popular puso el foco en la escasez de mujeres en edad fértil, poco más de medio millón de personas en Galicia, y reconoció que la mayor reivindicación de las que son madres son los permisos laborales, minimizando así los condicionantes económicos, por donde quería ir la oposición, a la que acusó de llegar al debate tarde y tomándose todo «a broma».

El estreno de Manuel Lago

El último pleno antes del descanso veraniego sirvió también para el estreno de Manuel Lago como portavoz del grupo parlamentario En Marea -el grupo Mixto no tenía derecho a intervención-, que dirigió su pregunta hacia la economía doméstica y, concretamente, a los planes que tenía el Gobierno gallego para el último año del mandato para luchar contra la desigualdad social. Su objetivo, ya anunciado en los días previos, era tratar de arrancarle propuestas concretas a Feijoo, pero en su turno de réplica se mostró decepcionado porque solo se encontró «un relato». El presidente y el exsindicalista se enzarzaron con cifras de pobreza y bienestar, que al líder popular le resultaron poco rigurosas. De hecho, dijo comprender ahora «quen era fonta máis directa» del anterior portavoz de En Marea, en referencia a Luís Villares, que sonrió un par de escaños más atrás.