Orlas de titulaciones gallegas con más profesores que alumnos

Rebeca Cordobés, M. S.

GALICIA

La mayoría pertenecen a carreras de humanidades e ingenierías

14 jul 2019 . Actualizado a las 17:13 h.

La orla de Ingeniería de Computadores de la Universidad de Málaga, con tres alumnos y 15 profesores, ya es conocida en toda España. Pero las facultades gallegas no tienen nada que envidiar. La fama se la podrían haber llevado los graduados de Enxeñaría Agraria por la Universidade de Vigo, los de Ciencias da Cultura de la Universidade de Santiago o los de Galego e Portugués de A Coruña. Son algunos de los ejemplos de fotografías de fin de carrera en las que el número de docentes supera al de aprendices.

La mayoría de los casos similares al de Málaga se dan en carreras de ingeniería o de humanidades. Las primeras suelen contar con unas tasas de abandono elevadas. Las segundas, tienen pocos matriculados desde el principio. Si se suman estos dos factores, el resultado son orlas como la del grado en Filoloxía Clásica de la USC, que en el 2018 mostraba al doble de profesores que de alumnos.

Orla de Ingeniería de Computadores de la Universidad de Málaga, con tres alumnos y 15 profesores
Orla de Ingeniería de Computadores de la Universidad de Málaga, con tres alumnos y 15 profesores

Esta realidad afecta más a los campus periféricos de las universidades, sobre todo cuando las carreras ya existen en las principales ciudades de Galicia. En Ferrol, la orla de la última promoción de Humanidades acogió a una alumna de Información e Documentación porque era la única graduada de su clase. En Lugo, el grado de Lengua y Literatura Española lleva años batiendo récords y la fotografía del 2018 recogía 9 estudiantes y 23 profesores. En Ourense, las especialidades de Enxeñaría Agraria y Ciencia e Tecnoloxía dos Alimentos pugnan cada curso por hacerse la fotografía con menos universitarios de la UVigo.

Este año el oro se lo llevó la orla de Agrarias, con 8 alumnos y 13 profesores. «En realidad, en clase somos muchos menos», aclara Marcos de la Fuente, uno de los protagonistas. «Lo que pasa es que algunos de los que salen en la foto hicieron la carrera de Ciencias Ambientales, que se imparte la misma facultad que la nuestra, y como compartimos asignaturas, alguna gente se dispone a cursar nuestra carrera después. Realmente, de nuestra promoción, que entramos hace cuatro años y acabamos ahora, somos tres personas», explica.

En primero eran casi 30 matriculados, pero la mayoría se quedó por el camino. Algunos empezaron a cursar el grado al no entrar en su primera opción y, tras el primer año, cambiaron de estudios. Otros decidieron dejarlo porque no conseguían aprobar las asignaturas. «Aunque los que continuamos acabamos en los cuatro años», dice Marcos.

Este estudiante decidió matricularse en Enxeñaría Agraria para complementar su formación, ya que había cursado el ciclo superior en Gestión Forestal y del Medio Natural. Ahora quiere hacer el máster en Profesorado para impartir clase en las aulas de Formación Profesional donde un día fue alumno. Sobre la carrera, dice que fue una gran experiencia y se la recomienda a los futuros universitarios que estos días se enfrentan a la selectividad: «Ya no solo por las asignaturas, sino también por el trato de los profesores, que para estar en la universidad es muy cercano, sobre todo si se tiene en cuenta que suelen dar clase en varios grados».