«Yo ahora mismo ya tengo una edad en la que me dejo querer»

Noelia Silvosa
Noelia Silvosa REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Sergio Pazos, actor, combina el turismo de «niño de aldea» con visitas a amigos en Vigo y A Guarda, siempre que el trabajo lo permita

19 jul 2019 . Actualizado a las 22:12 h.

En Samil y estudiando. Así encontramos a Sergio Pazos (1965, Santa Ana, Sandiás, Ourense), que este verano empieza su jornada a las 8 de la mañana, guion mediante. Culo inquieto, se define como «un niño de aldea» que se siente mejor que nunca: «Físicamente creo que estoy mejor que hace quince años».

-¿Dónde le pillo?

-Me pillas en Vigo, estamos terminando de rodar una serie que se llama Auga Seca. Es una coproducción con Portugal, y yo hago del inspector Viñas.

-Uy, ¿se pone serio?

-Me pongo serio, sí, sí. Me apetece mucho cambiar de registro y tener la oportunidad de demostrar que también soy serio, ja, ja.

-No sé yo...

-En el trabajo, cada vez lo soy más. Salen cosas muy bonitas cuando a los actores nos obligan a cambiar los registros y a buscar cosas que no aparecen, pero que sí que están. Y ahí estoy yo, luchando con el inspector, un poli maduro con ganas de retirarse y al que le toca un caso complicado. Y no te puedo contar más. ¡Chan, chan... chan, chan! Ja, ja.

-¿Y qué le hace fruncir el ceño?

-Pues que el director te obligue, ¡ja, ja! Cuando te dice: «Sergio no, eso aquí no funciona», te pones serio. Ricky, que es el director de fotografía, me dice: «¡A ver Colombo, colócate en el sitio!».

-¿Sigue también en el teatro?

-Sí, con La muerte de Sherlock Holmes, que está dirigida por David Ottone, el creador de la compañía Yllana. Es una comedia muy golfa y empezamos gira otra vez a partir de septiembre. Hemos estado en Madrid en los teatros Luchana en diciembre y enero, y la idea es hacer gira por todo el territorio nacional. Y también estamos con un espectáculo de narración oral que se llama Afiando con humor que, como ourensano que soy, cuento la vida de un afilador de Ourense.

-¿Qué tal se vive en Madrid?

-Me fui a vivir allí en el 96 con el Caiga quien caiga, que dije: «Bueno, venga, vamos a intentarlo». Después ya me salió Cuéntame, y en total estuve siete temporadas en cada trabajo. Y ya después picando cositas, muchas series, teatro, monólogos de humor... Ahora tenemos que hacer de todo para ir salvando los muebles.

-¿Cuando viene, adónde tira?

-Pues mira, yo soy del interior, porque mi aldea es Santa Ana, un pueblecito del concello de Sandiás, al lado de Xinzo de Limia. Y soy un niño de aldea de verdad, de vacas, de cerdos, de bicicletas, de cazar ranas, culebras, bichero... de todo. Y hombre, me tira mi Ourense también, que siempre vas a tomarte tus vinitos y recuerdas tu época de estudiante. Pero bueno, yo ya tengo una edad en la que me dejo querer. Tengo gente en Vigo y en A Guarda que me dice: «Vente unos días», y cuando puedo me escapo. Pero una playita tampoco me hace ascos. Ahora mismo me he escapado a estudiar a la de Samil. Y me he dado unos largos y he corrido un poquito para mantenerme. Yo soy muy de bicicleta. Siempre que puedo me hago mi bicicletita para estar un poco fino.

-Se conserva bien.

-Sí, no me quejo, ¡ja, ja!

-¿Y plan de verano además de estudiar?

-Soy feliz teniendo curro, que es lo que deseamos los actores. Cuando puedo también me hago cursos de formación, hace poco hice uno de esgrima. Es la manera de mantenerse físicamente de una manera decente y formarse.

-De tirarse en la tumbona nada.

-No, de hecho yo soy muy culo inquieto. Como esté dos horas en el mismo sitio ya me aburro. Por las mañanas en Madrid sí que me escapo a la piscinita, te llevas un libro o estudias un poco, te haces unos largos y a comer.

-¿Qué tal a sus 54?

-Yo lo llevo muy bien, no he tenido ninguna crisis. Solo tengo crisis de curro, a veces por la inestabilidad de la profesión. Pero luego creo que físicamente estoy incluso mejor que hace quince años. Me cuido bastante en el sentido en el que creo que hay que comer muy bien. Escapo de todos los azúcares y, si me como un buen chuletón, que sea de una buena vaca que también haya comido bien. Intento escuchar al cuerpo, que solo hay uno.

-¿Se sigues girando ante Paspallás?

-Claro, cuando te dicen: «¡Hombre Paspallááááás!», y yo: «¡Qué pasa!». Después también me paran por el Caiga. Me dicen: «Qué bueno era, tenía que haberlo ahora tal y como está la cosa». A mí me alegra mucho y me paro. Pero después sí que soy muy reservado con mi vida, y te pongo un ejemplo. Cuando hice La selva de los famosos en el 2004, mis condiciones fueron: «No tengo familia y no tengo vida privada. No vais a andar preguntando por ahí ni a llevar a mi familia a que hable, o a mi novia o a mi novio». Mi vida privada es mía, si tengo novia, si tengo novio, si tengo cinco líos o si hago tríos. Y a mi familia tampoco le preguntéis, porque mi familia es de abogados, son serios y viven en Ourense.

-Son abogados y son serios. Le faltó añadir: «No como yo».

-Exacto, no como yo ¡ja, ja!