La policía lanza una alerta mundial para buscar al doctor Cuadrado tras 30 años desaparecido
GALICIA
Refuerza la investigación y difunde la posible imagen actual del médico
19 oct 2020 . Actualizado a las 13:22 h.La familia del doctor Fernando Cuadrado ha dado su autorización a la policía para que difunda a nivel internacional la imagen del médico, desaparecido hace treinta años en A Coruña después de salir de su domicilio para ir a un supermercado cercano, al que nunca llegó. La tarde del 29 de diciembre de 1990, Fernando Cuadrado Conejo, de 49 años, ojos claros y 1,60 de estatura, desapareció sin dejar rastro. Su mujer y sus tres niños pequeños lo esperaban en el piso en el que vivía la familia, en la calle Almirante Cadarso, en el entorno del estadio de Riazor. También lo esperaban los invitados a la cena que esa noche iban a celebrar. Pero Cuadrado no regresó.
El pasado mes de junio, la UDEV de la Policía Nacional de A Coruña decidió reabrir el caso. Treinta años después no resultaba fácil retomar la investigación. El primer paso fue hablar con la familia y pedirle unas muestras de ADN para poder cotejarlas con restos humanos sin identificar que se guardan en la gran base de datos del Centro Nacional de Desaparecidos, dependiente del Ministerio del Interior.
A partir de ese momento, la investigación se centró en las personas que conocían a Cuadrado y que pudieron haber visto algo que les resultase extraño en su comportamiento. Los agentes están contactando con compañeros de trabajo en el hospital Juan Canalejo (hoy, Chuac), con médicos, con enfermeros, con otros trabajadores del hospital. Tratan de averiguar si el doctor había mostrado alguna inquietud en los días previos, o si había comentado algún episodio que pudiese llevar a su desaparición. También hablan con antiguas amistades y con personas que de alguna forma conocían a Cuadrado en sus actividades fuera del ámbito del hospital.
La familia ha sido informada de que los primeros análisis de las muestras de ADN no dieron resultado positivo. Es una prueba en la que se cruzan de manera automática los datos. Y en esa primera fase ninguno de los restos guardados en el Centro Nacional de Desaparecidos mostró coincidencia con las muestras recogidas en A Coruña a los familiares del médico. La policía informó a la familia de que ahora se realizarán nuevos estudios científicos antes de dar por cerrada la búsqueda entre los restos sin identificar.
La madre y los tres hijos de Fernando Cuadrado confían en que las investigaciones policiales puedan proporcionar alguna pista para saber si el médico desapareció de forma voluntaria o fue coaccionado por alguien, si sufrió algún tipo de desorientación o si cayó al mar y su cuerpo no fue hallado en las búsquedas realizadas tras la desaparición.
La policía ya le ha facilitado a la familia una muestra del retrato de envejecimiento que a modo de ficha de búsqueda compuso la Policía Científica y que será difundido a todos los cuerpos de seguridad de España y también a Interpol para que la alerta de desaparecido se distribuya a nivel internacional. Siguiendo el protocolo habitual, la ficha también será trasladada a todas las entidades y asociaciones que trabajan con desaparecidos.
El documento, que será difundido a nivel internacional, contiene dos imágenes de Fernando Cuadrado para el caso de que esté vivo y alguien lo haya visto. A la izquierda aparece una foto de su aspecto en los momentos previos a su desaparición en A Coruña, cuando tenía 49 años. La otra imagen es una representación con la apariencia que este hombre podría tener en la actualidad, con 79 años. De todas formas, la policía ya advierte que esa imagen es una recreación informática, por lo que el aspecto del médico podría no ser exactamente así, y variar sustancialmente.
La familia ha solicitado la colaboración ciudadana para intentar localizar al doctor después de 30 años. En la entrevista que publicó ayer La Voz, Carmen, hija mayor del doctor Cuadrado, pedía este apoyo social para intentar localizar a su padre y cerrar una herida que sigue abierta. La familia no ha parado de buscar en estos treinta años. «Nunca perdimos la esperanza de saber qué pasó con nuestro padre», aseguraba Carmen.