Esta situación se debe a distintos factores. Parece que hay al menos cuatro trenes S-730 híbridos que están en los talleres para su reforma. Además, recientemente se abrió parte de la línea de alta velocidad de Extremadura, que no está todavía electrificada, y por tanto necesita de estos convoyes capaces de circular con un generador diésel. Cualquier avería en un material rodante tan ajustado obliga a apaños de este tipo.
La polémica con Talgo
En paralelo a todos estos problemas, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, aseguró ayer en la rueda de prensa posterior al Consello que reclamará explicaciones al Ministerio de Transportes después de que la Xunta recibiera una carta del presidente de Talgo en la que se culpaba a Renfe y al ADIF de los retrasos en la entrega de los trenes Avril. Carlos Palacio Oriol atribuía la demora a los cambios de diseño que Renfe solicitó en el 2019, dos años después de que se formalizara el contrato. Y también a las escasas horas de pruebas que se asignaron para el proceso de homologación, cuestión que ayer negaron fuentes del ADIF.