La Comisión Europea bendice el reparto de las autopistas de Galicia entre fondos de inversión de Suiza y Países Bajos

GALICIA

Lorenzo

Bruselas no advierte problemas de concentración o vulneración de la competencia con la alianza empresarial que también domina la mayor concesionaria viaria de Portugal

05 sep 2025 . Actualizado a las 16:46 h.

APG Asset Management, fondo de pensiones de buena parte de los funcionarios de los Países Bajos, y Swiss Life Holding A.G., compañía helvética especializada en seguros de vida y pensiones, son desde hoy dueños legítimos de la concesión de la autopista gallega AP-9, de los dos viales de pago autonómicos (A Coruña-Carballo y Vigo Baiona), de parte de la AP-53 (Santiago-Dozón), además del resto de Itínere, empresa matriz que engloba a las citadas gestoras y a las que explotan la autopista astur-leonesa AP-66 (León-Campomanes) y sendas infraestructuras en Navarra y País Vasco.

La Comisión Europea no ha encontrado motivación alguna para impedir el cambio de propiedad en la empresa matriz de Audasa, que a lo largo de su historia ha pasado de ser creada por una alianza de bancos en los años setenta del siglo pasado a cambiar a manos del Estado con su compra por la Empresa Nacional de Autopistas, ser vendida después a la constructora Sacyr, formar parte de la cartera de las desaparecidas cajas de ahorro gallegas posteriormente, y entrar de lleno en el mercado de los fondos de inversión con Citi Infrastructure Partners primero, Corsair Capital después, y ahora con la holandesa APG que ha acabado dando entrada a Swiss Life, para repartirse casi el cien por cien de las acciones.

Contrastada con el reglamento de concentraciones de la UE la adquisición de Itínere por parte de los dos fondos centroeuropeos, Bruselas ha llegado a la conclusión de que la operación «no plantea problemas de competencia, dado que las empresas no operan en los mismos mercados o en mercados relacionados verticalmente».

La operación, que vio la luz en diciembre pasado, fue notificada como «proyecto de concentración» empresarial el pasado 12 de agosto, indicándose que dicha alianza daría paso «al control conjunto de la totalidad de Itínere» y con ello de las autopistas gallegas. La Comisión Europea abrió a otras empresas e instituciones un período de alegaciones para denunciar cualquier posible situación de concentración de poder y vulneración de la competitividad, período de diez días que culminó sin ningún tipo de consideración en contra a tener en cuenta.

APG se había hecho con el dominio casi absoluto de la sociedad matriz de la AP-9 y el resto de viales de pago gallegos (un 96 %), tras comprar la participación del 40 % que en la sociedad tenía Globalvia en octubre de 2024, firma española dominada a su vez por fondos de inversión extranjeros que llevaba años litigando por el control de la compañía. La operación sirvió para poner precio a Itínere: 1.900 millones de euros. 

Tras hacerse con el poder interno, la holandesa APG incorporó a Swiss Life como socio minoritario para afrontar la refinanciación de deuda del conglomerado de concesiones de autopistas, que vence en octubre de 2025. La compañía helvética ostenta una participación minoritaria en el capital de Itínere, controlada por APG, dominadoras a su vez del mercado de las concesiones de autopistas en Portugal tras haber adquirido Brisa, en un 75 % por parte holandesa y un 25 % por la suiza