En pleno confinamiento, la fiebre por hacer pan y bizcochos agota las existencias de este producto que, normalmente, pasa desapercibido
27 abr 2020 . Actualizado a las 12:05 h.Si la fiebre desatada por el papel higiénico tuvo poco o nada de sentido, que se agoten las existencias de levadura y harina en el supermercado deja una sensación parecida. Es cierto que es dar un paseo por Instagram o Facebook y salir, casi, maestro pastelero. Desde que el Gobierno decretase el estado de alarma, hace 17 larguísimos días, se van terminando los recursos que tenemos alrededor para entretenernos. Y ahí, al parecer, radica el interés por hacer pan y bizcochos: lleva un tiempo considerable, permite que dejemos la mente en blanco, es una actividad barata y, además, nos alimenta en estos días de confinamiento.
Los españoles se han dejado invadir por el espíritu hygge, el secreto de la eterna felicidad danesa que consiste en disfrutar de los pequeños placeres del hogar. Qué remedio. La cuestión es que las redes sociales se han plagado de preguntas al aire y bromas sobre por qué, de repente, toda la sociedad parece querer montar, de la noche a la mañana, la mejor de las panaderías.
Si tú también has hecho ya todos los sudokus que Google te ofrece gratis, has empezado 17 puzzles y estás planteándote iniciarte con el macramé, quizás tengas en la levadura y la harina la diversión que necesitas. Y un aprendizaje que jamás imaginarías adquirir si siguieras con la rutina de trabajo, gimnasio y cañas. Te ofrecemos tres alternativas para que te familiarices con estos ingredientes y aproveches la versatilidad de estos productos de la manera que más te convenza.
