El empate es un resultado justo para lo que se vio en Balaídos. Al Celta se le puso a favor el partido al principio con el gol de Maxi, pero el Deportivo tiró de orgullo y creo que mereció llevarse el punto, sobre todo en los últimos quince o veinte minutos.
El equipo de Unzué tenía todo de cara, jugaba contra un equipo descendido, que ya no se jugaba nada, con futbolistas que en su mayoría no van a seguir el año que viene; los celestes sin embargo tenían opciones todavía de Europa League y tenía que haberse notado esa diferencia. Era un partido que el Celta tendría que haber ganado para conservar sus opciones.
La posesión estuvo igualada y, antes del gol del Deportivo, Sergio hizo también una buena parada con el pie que evitó el primero. Vi el partido igualado en todo momento y creo que lo que le faltó al equipo vigués y que habría marcado las diferencias es Iago Aspas. Con él, lo que transmite y lo que contagia, los tres puntos se habrían quedado en Balaídos. Aun sin él, pienso que el Celta podría haber aprovechado los espacios que dejaban Lucas y Adrián para haberles noqueado, se les podía haber matado en las contras, pero sin embargo se les dio vida y llegó el mazazo del gol.
Está claro que el Celta ha perdido dos puntos como dice Unzué. El empate es un resultado horrible, pero la realidad es que tampoco tuvo demasiadas ocasiones para haber conseguido más goles. La sensación es de decepción porque antes del partido sí pensaba que ganaría el Celta, que era el equipo que realmente lo necesitaba. Pero viendo el partido, no lo mereció.