La vuelta del ADN Celta

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El entrenador luso, que se caracteriza por su gusto por el buen fútbol y la posesión, releva a Mohamed

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas un cuarto de hora después de anunciar por sorpresa en la tarde de ayer la destitución de Mohamed, el Celta no se hacía de rogar y revelaba el nombre de su sustituto, el portugués Miguel Cardoso (1972). El técnico vivirá su primera experiencia como primer entrenador en España. Su anterior reto había sido en el banquillo del Nantes, club al que se incorporó en junio de este año y del que dejó de formar parte a principios de octubre.

Conferenciante habitual, Cardoso se ha revelado como un gran estudioso del fútbol. Tiene fama de estudiar al detalle a sus rivales y trabajar a fondo para atacar a sus puntos débiles y minimizar los fuertes. Sus equipos se han caracterizado tradicionalmente por el gusto por el balón y también por sacar provecho con facilidad de las jugadas de estrategia. Se le tiene por un preparador carismático y con carácter.

Es un técnico al que le gusta discutirle la posesión a cualquier equipo, así como ejercer una presión alta. Podrían encontrarse algunas similitudes con Berizzo, aunque no es partidario de la apuesta por el marcaje al hombre. Técnico con personalidad aunque poca experiencia como primer entrenador, sus equipos han tenido unas señas de identidad muy marcadas que le funcionaron en el Río Ave, pero que en el Nantes hicieron aguas quizá por no tener un equipo acorde a su idea de fútbol.

La vinculación de José Miguel Azevedo Cardoso con el mundo del fútbol comienza mucho antes. Su primer vínculo con el deporte lo desarrolla a través de la docencia después de graduarse en Ciencias Ciencias de la Educación Física y el deporte, formación que complementó con un máster en la Universidad de Oporto. En el club de esa misma ciudad se adentró en el fútbol base al mismo tiempo que impartía clases de Educación Física en una escuela de su ciudad natal, cerca de la capital lusa.

Durante casi diez años vinculado al Porto tuvo la ocasión dirigir equipos de distintos grupos de edad y desde los juveniles como último paso, dio el salto al fútbol profesional como asistente en Os Beleneses. Sería el comienzo de una década ejerciendo de segundo en varios clubes. La lista de esos años se nutre de nombres como Braga, Coimbra, Sporting y Deportivo, con Domingos Paciencia.

Sus éxitos más destacados hasta la fecha los logró Cardoso con el Braga, pues su estancia coincidió con el subcampeonato de Liga que disfrutaron en el curso 2009/2010, además de alcanzar la final de la Europa League en la siguiente campaña. Después ejerció de asistente en el Sporting de Lisboa antes de probar suerte en A Coruña. En esa etapa, de solo seis partidos, no llegó a enfrentarse al equipo vigués.

Su siguiente reto y uno de los que más se prolongó en el tiempo fue un viejo conocido del Celta, el Shakhtar Donetsk; de hecho, coincidió con el actual técnico y que lo era cuando vigueses y ucranianos coincidieron en Europa, Paulo Fonseca. De este modo, Cardoso sabe lo que es pisar Balaídos y enfrentarse al conjunto vigués.

Del Shakhtar volvió a Portugal para integrarse en el Río Ave, ya como primer entrenador, en sustitución de Luís Castro. En ese club llegó a ser distinguido como entrenador del mes y lo clasificó para la Europa League con un quinto puesto.

Peor le fue en la experiencia vivida justo antes de la que ahora empieza. Cardoso asumió en junio el banquillo del Nantes, pero solo tardó ocho jornadas (cinco derrotas, dos empates y una victoria) en ser destituido y relevado por Halihodzic. Pero más corto ha sido su período de inactividad y ahora comienza de cero en Vigo pero comenzando en la jornada 13 y con un equipo que debe enderezar el rumbo.