De Ribadesella a Vigo para cumplir el sueño de ver al Celta en Balaídos

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Yael es un aficionado asturiano de 15 años, sin vínculos con Galicia, que hoy verá por primera vez al equipo en su campo frente al Huesca

01 dic 2018 . Actualizado a las 10:23 h.

¿Qué puede llevar a un «mico» -como dice su madre- de Ribadesella a ser celtista? Ni Yael ni Noelia lo saben con exactitud. No recuerdan un momento justo en el que nació es simpatía, pero de lo que no dudan es de que con el paso del tiempo se ha convertido en pasión. «No me acuerdo cómo fue, se que tenía ocho años o nueve, el año antes del ascenso, que empecé a ver partidos del Celta todos los fines de semana y hasta hoy», cuenta este asturiano de quince años que este sábado va a ver por primera vez al equipo en Balaídos.

Tampoco su progenitora es consciente de un momento o un día exacto. Son una familia de futboleros, del Sporting, y él lo practica desde niño. «De pequeño se fijaba más en los equipos grandes en cuanto a millones. Pero de pronto empezó a decir: ‘No, yo soy del Celta’», indica. Se quedaron extrañados y se inclinaron por pensar que era algo pasajero. «Lo recibimos como una cosa rarísima, pensamos que sería por algún jugador o algo. Pero nada, de unos años para acá nos comemos todos los partidos del Celta, las alineaciones, los nombres de jugadores, las mejores jugadas y en la play solo se juega con el Celta. Es muy curioso, mucho», cuenta Noelia.

Desde hace alrededor de tres años, la afición por el Celta de Yael ya es notoria. «Ya no me pierdo ningún partido», proclama. Pero, ¿por qué cree él que le ha enganchado el Celta de esta manera a pesar de la distancia y de la inexistencia de vínculo alguno que le condujera hasta allí? Responde que se sintió identificado con el celtismo. «Me gustaba mucho esa afición, me acuerdo del año anterior al ascenso, el siguiente cuando ya se consiguió y cuando nos mantuvimos contra el Espanyol. A raíz de todo eso fue cuando dije: ‘Creo que soy del Celta’». Y con el paso del tiempo solo se ha reafirmado.

Aunque será su primera vez en Balaídos, ya pudo ver al equipo en directo en El Molinón en un partido, además, emblemático. Era el que prácticamente significaba -aunque no matemáticamente- la clasificación para Europa diez años después en el 2016. «Estaba en la grada visitante con una camiseta del Celta y sudadera del Sporting por encima. Mi madre me decía que no lo celebrara si había gol porque igual me pegaban. Yo le decía que me daba igual», recuerda Yael.

De ese mismo Sporting-Celta tienen madre e hijo más recuerdos imborrables. Ella le había sugerido ir un par de horas antes para ver la llegada del autobús celeste. Así lo hicieron, y hubo un momento en que Noelia perdió de vista unos segundos a su hijo. «Lo vi hablando con unos desconocidos y me dice: ‘Vengo ahora, que voy a ver a Aspas’. Les había oído hablar y eran unos primos que le llevaron un momento con Iago», relata. Noelia se quedó de piedra: «Él siempre ha sido muy cortado y me sorprendió que se hubiera atrevido. Pensé: ‘¡La madre que lo parió, lo que hace el fútbol!», añade entre risas.

Madre e hijo se acostumbraron durante años a que en su entorno les formularan una y otra vez la eterna pregunta de por qué el Celta. «Ya no hace falta porque ahora lo sabe todo el mundo», coinciden ambos. Y juntos estarán en Balaídos por primera vez. «Tengo muchas ganas, no soy capaz de ni de imaginarme cómo va a ser. Me pongo nervioso, de hecho lo estoy desde hace semanas», dice. Hubo varios intentos previos de viajar a Vigo que por distintos motivos -horarios y obligaciones laborales de Ordieres- no acabaron de cuajar.

El plan de viaje era salir en coche muy temprano de Ribadesella la madrugada previa al partido. «¡Es una paliza, pero le hace tanta ilusión! Compré entrada en Tribuna Baixa pensando que ahí estaban los banquillos y salían los jugadores, pero cuando se lo dije ya me explicó que con la reforma sí salen por ahí, pero los banquillos están enfrente. ¡Lo sabe todo del Celta! En los estudios se le escapa todo, pero del Celta, nada», subraya entre divertida y resignada.

Noelia se declara aficionada del Sporting, pero desde hoy a las 13.00 será «una forofa más» del Celta. Y Yael, por fin, estará en su salsa rodeado de celtistas. Un sueño cumplido para un celtista atípico.