Una reconversión para jugarlo todo

MÍRIAM V.F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Juan Ros llegó al Celta B como centrocampista y lleva 33 partidos seguidos jugando los 90 minutos como defensa

08 dic 2018 . Actualizado a las 12:24 h.

Juan Ros (Cartagena, 1992) aterrizó en el Celta B en el verano del 2016 como un mediocentro procedente del Barcelona B que llegaba para reforzar la medular del equipo que entonces dirigía Alejandro Menéndez. Pasó aquella temporada casi en blanco -cesión al equipo de su ciudad incluida- y fue hace ahora un año cuando de la mano de Rubén Albés su situación dio un vuelco. El técnico vigués le convenció para probar suerte como defensa y ahora suma 33 partidos consecutivos entre la pasada campaña y esta que ha jugado completos. Es, además, el único jugador del equipo que no se ha perdido un solo minuto en lo que va del actual campeonato.

«Al principio de la temporada pasada no teníamos lateral -Kevin estaba lesionado- y Rubén me animó a probar ahí», recuerda Ros. Ante la posibilidad de volver a tener minutos y poder aportar, no dudó. «¡Y se ve que tan mal no lo hice!», dice divertido. Con todo, no era esa la posición que el cuerpo técnico le tenía reservada de manera permanente, sino la de central. «Probé y me sentí cómodo enseguida. Me ayudaron muchísimo y, sobre todo, me dieron confianza», indica sobre un apoyo que sigue disfrutando a día de hoy.

Para él el reto era volver a ser protagonista después de que en su primer año como céltico sus expectativas no se cumplieran. «No tenía prácticamente minutos cuando llegué, no me sentían parte del equipo porque apenas participaba», rememora. Pensó que con el préstamo al Cartagena, uno de los equipos más destacados en ese momento del grupo cuarto, podía encontrar la continuidad que se le estaba resistiendo en Vigo, pero se encontró con que no fue así. «Creí que era una buena opción, pero tampoco salió bien. Fue una decepción porque no di lo mejor de mí y cerré el año prácticamente en blanco», resume.

Tras aquellas vivencias, volver a sentirse importante el año pasado fue clave para él. «Ahora me encuentro bien en el vestuario, con la ciudad y con el equipo. Estoy muy contento. En el Barça B había jugado bastantes partidos, pero no recuerdo otra racha como esta», admite el cartagenero. Y añade que está en su «mejor momento» desde que llegó a Vigo. «Por números y sensaciones, está claro que lo es y trabajaré para que dure», cuenta. A día de hoy, ya se siente defensa. «Al final ya es lo que haces cada día, no solo en los partidos, sino en cada entrenamiento, y lo asumes de una manera natural».

Una racha que romper

El buen momento que vive Ros contrasta con la crisis de resultados del equipo, que acumula diez jornadas sin sumar de tres. Él relativiza esta circunstancia y, aunque no busca excusas, considera que han intercalado buenos encuentros con otros en los que no han respondido como se esperaba. «En partidos como ante el Castilla o la Cultural hemos hecho las cosas bien y nos ha faltado quizás una pizca de suerte. Si al principio de temporada necesitábamos media ocasión para marcar, ahora tenemos tres claras y no lo conseguimos», analiza. Algo que se soluciona, apunta, con confianza. «Estamos convencidos de que le podemos dar la vuelta y ganar esta jornada, aunque sea ante el Fuenlabrada», advierte.

Ese «aunque» responde a que mañana (12.00 horas) reciben en Barreiro al líder, un equipo que puede presumir de una racha completamente opuesta a la celeste que les ha permitido alcanzar la cifra de ocho jornadas sin perder. «Vienen en una dinámica que a todos nos gustaría tener, pero eso no vale para ganar el partido, no significa nada a priori. Claro que nos fijamos en sus números y sabemos los que son y que no va a ser un partido fácil para nosotros, pero trabajamos para conseguir la victoria», subraya.

Admite Ros que diez jornadas sin ganar añaden «una presión extra» a los futbolistas, que sin embargo tienen un precedente vivido en sus propias carnes al que agarrarse. «Hemos comentado el tema del año pasado, que también estuvimos muchas jornadas sin ganar y luego conseguidos llevarnos partidos en los que nadie contaba con que sumáramos los tres puntos y acabamos disputando el play-off», recuerda sobre un bache que llegó en esta misma época del año. Entiende que ese ejemplo les ayuda a transformar la presión en ganas de afrontar cuanto antes este nuevo partido y pasar página de estas jornadas para olvidar.