Cardoso vive en un mundo paralelo o se lo inventa para distorsionar la realidad. Solo así se pueden entender sus explicaciones tras el 1-4 ante el Levante. Porque lejos de reconocer su error en la apuesta táctica y en la confección del once, se dedicó a dibujar un partido irreal marcado por los momentos. Quizás por eso, sacó a relucir su versión más borde en la previa del viernes para no dar pistas sobre el ataque de entrenador que se traía entre manos.
La abultada derrota ante el Levante parece la gota que colma el vaso y sus números solo invitan a una destitución exprés. Pero que nadie piense que un tercer entrenador lo arreglará todo. Para comenzar, Miñambres ya no puede fallar más. Lleva tres técnicos y otros tantos errores, los dos últimos groseros, por eso en vez de experimentos no estaría de más que apostase por alguien que conozca la liga y lo que se trae entre manos. Así es más fácil que apuestas clásicas como la granota no te sorprendan. Porque parece que a Cardoso sí.