Crecer desde el orden minimizando los riesgos

Julio Álvarez-Buylla

GRADA DE RÍO

LOF

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Existe un primer paso cuando uno quiere recuperarse, cuando las cosas no salen, cuando de ganar confianza se trata y ese paso es asegurar, tratar de equivocarte lo menos posible en espera de tiempos mejores. Y en fútbol ese paso se consigue sobre todo manteniendo la puerta a cero. Es una obviedad, pero si no encajas no pierdes, sumas y eso a día de hoy para el Celta es vital. En Mendizorroza el equipo estuvo serio, organizado y dejó los riegos para otra ocasión. Pero todo esto es necesario aunque no suficiente. Contra el Alavés pese a no sufrir, volvió a aparecer Rubén para solventar esos problemas de concentración defensiva que todavía persisten. El Celta, como hace quince días en Getafe, volvió a mostrar su cara más esperanzadora, pero ¿será por fin esta la base sobre la que reconstruir el equipo?

1 LA CLAVE

Minimizando riesgos

No hubo riesgos ni en defensa ni en ataque. Con carrileros más pendientes de atacar que de defender e interiores tapando las llegadas de los laterales profundos del Alavés, los celestes solo sufrieron en las transiciones fruto de los desajustes en la presión y en el ya típico despiste defensivo que casi cuesta un punto. En ataque los vigueses decidieron cómo ejecutarlo en función del posicionamiento del rival y no dudaron en acudir al juego directo sobre Maxi para organizarse a partir de la segunda jugada. Las ocasiones llegaron a partir del minuto setenta con el arma que mejor saben utilizar los célticos, transiciones rápidas y verticales, aprovechando los espacios que le dejaba un rival que apenas mantenía a los centrales haciendo las vigilancias.

2 EL SISTEMA

Volvió la defensa de cinco

Cardoso volvió a apostar por tres centrales, aunque a diferencia de Getafe esta vez intercambió a Araujo con Costas situando al primero en el centro y al segundo por la derecha, más rápido, quizás con la intención de salir en las ayudas a Mallo en su duelo con Jony. Otra consecuencia es el posicionamiento de los dos pivotes. Con defensa de cuatro la inclusión de uno de los dos pivotes entre centrales provocaba la inferioridad en medio campo tanto en la salida del balón como tras la pérdida. La soledad del otro pivote era un punto débil que con este sistema parece evitarse y que además influye sobre los interiores que al no tener que bajar tanto a recibir pueden llegar con más facilidad a la zona de finalización. La duda ahora… ¿Se extenderá esta apuesta en Balaídos?

3 EL DOBLE PIVOTE

Distintas alternativas

La defensa de cinco parece que favorece el posicionamiento de los pivotes no exponiéndolos tanto. El Celta en medio campo tiene tres jugadores de perfil muy parecido pero que se pueden adaptar perfectamente al doble pivote. Okay, tal vez el más distinto, ofrece dominio del juego aéreo liberando de este trabajo a los centrales. Jugador eficiente en el pase pero sin alardes, contrasta con el dinamismo del Beltrán y Lobotka tanto en ataque como en defensa. La mejor noticia del sábado fue que Beltrán salió como alternativa en el momento de mayor sufrimiento y ofreció lo suficiente para volver a equilibrar el partido.

4 LAS DUDAS

¿Presión o repliegue?

El Celta debe tomar una decisión sobre cómo recuperar el balón. O presiona tras perdida (totalmente o parcialmente) o se repliega. El sábado el Alavés creó peligro en las transiciones sobre todo cuando el Celta dudaba y como consecuencia ejercía una tibia presión de la que el rival salía con facilidad, cogiendo a contrapié el repliegue celeste y generando las situaciones más claras para los alavesistas. Para presionar en campo rival además de trabajarlo hay que estar convencido, sino mejor replegarse.