Los retos de Fran Escribá al frente del Celta

Julio Álvarez-Buylla

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

07 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre que llega un entrenador nuevo se produce un efecto revulsivo como pareció que ocurría con Cardoso, pero luego ese efecto dura lo que dura. En este caso, es cierto que con Escribá viene un técnico con experiencia en la categoría, que conoce bien la idiosincrasia de la Liga, los rivales y la mayoría de los jugadores a los que se va a enfrentar. Creo que dentro de las opciones que se manejaban, era la mejor para dar esperanza al celtismo de cara a estos últimos partidos para intentar remontar una situación que poco a poco se ha ido enquistando.

Diagnóstico

Un equipo sin un criterio de juego definido

Escribá se va a encontrar un equipo al que le ha faltado un criterio de juego constante. Tanto Mohamed como Cardoso cambiaron mucho. Al primero le vimos jugar en función del rival, pensando que la solución era acumular jugadores tanto en defensa como en ataque. Cardoso empezó con presión en campo rival y líneas juntas y acabó con un equipo replegado en su campo, miedoso, cometiendo muchos errores defensivos y sin sacarle rendimiento ofensivo al grupo. Ahora viene un entrenador acostumbrado al 4-4-2 o al 4-2-3-1 que para la primera opción lo va tener difícil sin Aspas y para la segunda no tiene extremos, pero aun así pienso que va a aportar una idea clara, algo que el equipo ha echado en falta

2 Problemas

Necesidad de una mejora defensiva

El nuevo entrenador se va a encontrar un equipo con problemas defensivos tanto a nivel individual como colectivo, por fuera y por dentro. Hemos visto dificultades para defender los centros laterales por falta de ayudas, probablemente porque los laterales participan muy arriba y no son capaces de replegar y defender en caso de pérdida. Además, le hacen ocasiones con mucha facilidad, sea cual sea el momento del partido y el resultado y obligando a paradas del portero. Hay que trabajar las transiciones.

Factor psicológico

Falta de cofianza

Muchos de esos errores defensivos vienen dados por la falta de confianza. Hoy el jugador del Celta es un futbolista sumido en una dinámica negativa, pero aún tiene margen. El equipo está en una situación incómoda, pero no en puestos de descenso. Ahora tiene un mes con partidos que le darán la posibilidad o de meterse definitivamente abajo o de intentar escapar. El jugador tiene que volver a sentir que no existen tantas carencias ni a nivel individual ni colectivo como la clasificación indica. Escribá debe marcarse objetivos pequeños e intentar salir de esa dinámica basándose en el partido a partido, el esfuerzo de todos y la lucha. El grupo tiene que creer y es el momento de que todos asuman ese grado de responsabilidad, eso que tantas veces comentan los futbolistas al terminar los partidos cuando hay un resultado negativo. Tienen que trabajar como un solo equipo y basarse en eso para superar esta situación, tanto a nivel psicológico como de compromiso.

4 Soluciones

Recuperar el potencial ofensivo

El Celta pasó de ser uno de los equipos que más goleaba y ocasiones generaba a perder ese potencial ofensivo. Es cierto que está el problema de la baja de Aspas, que es importante, pero el equipo debe adaptarse, buscar alternativas. Tal como jugaba el Celta de Cardoso, te desprotegía y tampoco a nivel ofensivo era capaz de sacar el rendimiento esperado. Había demasiada gente por dentro, los interiores y los mediocentros, y poca amplitud y profundidad, por lo que costaba demasiado enlazar con la gente de arriba.