El Celta más sobrio de la temporada

Julio Álvarez-Buylla

GRADA DE RÍO

Óscar Vázquez

22 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No sería descabellado decir que el Celta jugó el sábado el partido más sobrio de toda la temporada. Dejó en el vestuario la timidez y el temor con el que recibió a Villarreal y Real y salió avasallando al rival desde el principio, buscando asfixiarlos en su campo al mando de la pareja Lobotka y Okay que parecen recuperar su nivel. Las rápidas transiciones encontraron la pausa de Aspas entre líneas y la amplitud de Boufal y Boudebouz que por fin además de aparecer por dentro lo hacen por fuera. Ni el cambio de sistema ni la efectividad del rival en su primer y único tiro a puerta del partido hicieron mella en un Celta que ahora sí da sensación de crecer.

1 - La clave

Aspas y también algo más

Llega Escribá y llega Aspas. De Aspas está todo dicho. El análisis de este equipo con y sin la presencia de Aspas puede resultar como analizar el día y la noche, obvio. Pero efecto Aspas al margen, no se le puede discutir a Escribá que las sensaciones que transmite el Celta, no ya a nivel de resultados sino a nivel táctico, son distintas a las que transmitía no hace mucho. El equipo partido a partido resulta más sobrio y pese a que mantiene defectos que difícilmente podrán revertirse de aquí a final de temporada, con el trabajo colectivo los minimiza. Como ya comentamos en jornadas anteriores la clave no estaba en la elección de jugadores o de un sistema, sino en la capacidad del entrenador de implicar y de hacer creer al grupo que era posible.

2 - El cambio

El uso de las bandas

Hasta hace bien poco las bandas resaltaban más por sus debilidades que por sus fortalezas en la aportación al juego colectivo del equipo tanto defensivo como ofensivo. Olaza llegó para aportar sencillez y seguridad, pero siendo justos, las ayudas que ahora recibe por delante de él no son las que recibía Juncá (ni tampoco Hugo por la derecha) en tiempos anteriores. El juego ofensivo del equipo ha pasado de juntar a los jugadores de banda por dentro a permitir a Boufal y Boudebouz partir más abiertos y buscar superioridades por fuera para poder finalizar las jugadas. Contra el Girona una de las claves, el regreso de las bandas.

3 - Evolución

Tres diferencias

Contra el Girona el Celta resolvió tres situaciones con nota. Primero, fue el partido en el que menos concedió a su rival. Los visitantes apenas inquietaron y el gol se puede decir que fue su único tiro a puerta del partido. Hasta ahora las victorias celestes se habían conseguido pese a tener el rival opciones de ponerla en cuestión (Eibar, Huesca, Sevilla, Villarreal, Real Sociedad…). Segundo, las ocasiones regresaron al juego de ataque celeste. Ayudaron la presión alta con transiciones rápidas desde campo rival, el trabajo de los dos pivotes en la recuperación, el juego entre lineas de Aspas y el regreso del desborde por bandas. Y tercero el Celta, tras el descanso, supo neutralizar el cambio de sistema visitante y las dificultades que hasta ayer se le presentaban (sobre todo por fuera) cada vez que el rival apostaba jugar con tres centrales y dos carrileros.