Jacobo y Solís adelantaron a los visitantes por dos veces en O Vao, mientras que Youssef y Borja Yebra anotaron los tanto coruxistas
02 nov 2019 . Actualizado a las 19:26 h.El Coruxo y el Celta B terminaron en tablas (2-2) el derbi vigués de O Vao, un empate que no sirve a ninguno de los dos, pero que tiene un sabor mucho más agrio para un filial celeste que dejó escapar el triunfo en el minuto 96. Fruto de una falta innecesaria en el medio del campo y cuando además el colegiado había señalado cuatro de añadido pero finalmente descontó dos más.
Fue un partido igualado y de alternativas, donde el Coruxo siempre fue por detrás en el marcador, pero no bajó los brazos en ningún momento y tuvo recompensa. Los primeros minutos fueron del Celta B, que no tardó en aproximarse por mediación de Jacobo y que avisó poco después con un centro e de Dani Vega. Pero enseguida despertaba el Coruxo para hacerse con el control del juego. Mateo enviaba el primer aviso a Fran Vieites y a continuación un centro de Carlos -que no paró de generar peligro por la derecha durante todo el partido- se paseaba por delante de la portería viguesa.
Fran Vieites, de nuevo muy seguro, tuvo que emplearse a fondo con dos paradas consecutivas, una de ellas un pie prodigioso que frustraba un intento de Youssef y evitaba que los locales se adelantaran. El filial respondía con una ocasión de Dani Molina a saque de córner de Alberto Solís que se marchaba desviado. Al filo de los 20 minutos, el colegiado señalaba un penalti para el Celta B y no perdonaba desde los once metros Jacobo González. Con la ventaja mínima celeste se llegaba al descanso (0-1).
El Coruxo salió mejor en la segunda mitad, dejando claro que no daba el partido por perdido. Un disparo de Manu era el primer aviso y luego Silva enviaría un balón al palo, pero el filial estuvo a punto de encontrar el segundo con un cabezazo de Jacobo que sacó Alberto. Poco después llegaba el primero de los verdes, anotado por la referencia en el ataque verde, el excéltico Youssef, tras una gran jugada con Mateo y Añón.
Movía banquillo Jacobo Montes, y lo hacía dando entrada a dos jugadores que no habían sido convocados en las últimas seis jornadas: Álvaro Ramón y Gabri Veiga. Este último salió con ganas y firmó una gran media hora que incluyó la jugada que permitió a Alberto Solís batir al guardameta coruxista y poner a los visitantes por delante justo después de que Manolito Aphe no hubiera estado acertado en dos ocasiones claras. Quedaban diez para el final del partido y el Coruxo siguió sin bajar los brazos.
Los últimos minutos, con los dos equipos agotados y varios jugadores célticos con problemas físicos, fueron de ida y vuelta. Pero sería en el 96, y pese a que se habían señalizado cuatro de añadido, cuando una falta daba al Coruxo la oportunidad de empatar el partido y salvar un punto con un gran disparo de Borja Yebra.
