Un punto de esperanza para el Celta en el Santiago Bernabéu

Julio Álvarez-Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

SERGIO REYES ROBLEDO - LOF

19 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vigueses sumaron algo más que un punto en su visita al Bernabéu. Un punto que consolida un cambio sustentado en un cambio de fase ofensiva, en el resurgimiento de Rafinha y en el que por ahora parece un acierto en las incorporaciones invernales, algo por otro lado no habitual en los últimos tiempos. El Celta planteó un partido inteligente en el que además tuvo la fortuna de adelantarse en el marcador. Supo replegarse, aguantar e incluso tuvo la gran ocasión de volver a marcar antes del descanso. El paso por el vestuario arengó a un Madrid que insistió pero obtuvo la respuesta viguesa muy segura, sobre todo dentro del área. Ya en desventaja, Óscar hizo lo que se le pide a un entrenador, buscar soluciones y está vez salió cara. La cara de un equipo que no se rindió y que transmite esperanza. Pero ojo, el domingo viene el Leganés.

La clave

El celta saltó al terreno de juego olvidándose de su condición clasificatoria. Salió con descaro, marcó un gol y juntó lineas buscando sorprender al Madrid en una contra. Los blancos atrajeron por dentro para buscar los espacios por fuera, aunque priorizaron el centro al desborde facilitando la tarea defensiva celeste que se mostró muy segura en los centros al área. Tras el descanso, el Madrid siguió finalizando por fuera, pero esta vez encaró y encontró las dificultades por parte de celestes en la banda de Marcelo y Hazard, protagonistas de la remontada. Óscar García Junyent volvió a arriesgar y a mover el sistema y el banquillo. Los locales cejaron en la presión de los veinte primeros minutos de la segunda parte y los vigueses se fueron estirando creyendo que la oportunidad llegaría, actitud inusual de un equipo en descenso. Esa perseverancia encontró premio en el espacio creado por Aspas, visionado por Denis y ocupado posteriormente por Mina.

2la evolución

El Celta ha perdido posesión pero ataca más y mejor. Los últimos partidos así parecen avalarlo, aunque tal vez pueda parecer coyuntural por el nivel de los últimos rivales celestes. La llegada Óscar está consiguiendo flexibilizar un ataque hasta ahora previsible, horizontal y poco profundo. El Celta no ataca como antes, no tiene tanto el balón, pero cuando lo tiene su primera idea es transicionar con velocidad y jugar en vertical buscando superar las líneas defensivas del rival. Aspas juega más libre y su capacidad para atraer rivales genera espacios tanto al punta como a la llegada de jugadores de segunda línea como un Rafinha certero y desbordante en la conducción o un Okay que parece más cómodo dejando a su espalda a un pivote guardián de su posición.

3 La jerarquía

Si durante los primeros 45 minutos el Celta se mantuvo fuerte abortando con eficacia los centros laterales, la segunda parte tuvo en Murillo al máximo exponente defensivo. Al central colombiano se le contaron al menos media docena de intervenciones individuales decisivas para mantener a los vigueses en el partido sobre todo a raíz del primer gol madridista.

4 La variantes

Óscar apuesta por un equipo flexible tácticamente y las modificaciones en la disposición de los jugadores se han convertido en algo habitual ya no solo en el inicio si no que también durante los partidos. Si la apuesta del técnico jugando como local ha sido un 4-3-3 en el que Aspas con la llegada de Smolov partió desde la banda y Rafinha compartió medio campo con Okay. Fuera de Balaídos la apuesta por el 5-3-2 ha sido básicamente visitando rivales de la parte alta, buscando proteger más al equipo. La búsqueda de soluciones del entrenador durante el partido y la toma de decisiones son virtudes a valorar y el técnico vigués no ha dudado modificar su planteamiento buscando cambiar cosas haciendo bueno el dicho de quien no arriesga no gana.

5 La recuperaciones

El rol actual de dos jugadores que llegaron generando unas expectativas en ellos mismos y en la afición y que no parecen estar cumpliéndose ni a nivel individual ni colectivo no es, ni mucho menos, sencillo. Por eso cobra mas valor su aportación en los minutos finales. Una via abierta de cara a un futuro que resultará duro y que el Domingo vivirá su primer duelo decisivo ante el Leganés.