El Celta no encontró la pausa

Julio Álvarez-Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

Antonio L. Juárez

04 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un gol de Machís cuando se jugaban los minutos de descuento aplazó la salvación matemática de los celestes una jornada más. El Celta fue superior ante un Granada que concedió demasiadas facilidades defensivas, pero no pudo cerrar el partido básicamente por el acierto de Maximiano y alguna toma de decisión errada. A los celestes les faltó el colmillo que suelen tener los equipos que se juegan algo y entró de lleno en el vida o muerte que le planteó el Granada en los últimos 10 minutos de partido . A los granadinos no les quedaba otra que arriesgar y contagiaron el desorden a los vigueses que en vez de parar y pausar el partido entraron en un juego en el que se sienten cómodos pero que tal vez no era el más indicado para cerrar el partido.

Eduardo Coudet sorprendió. Denis Suárez dejó su puesto a Renato Tapia y el peruano compartió el centro del campo con Fran Beltrán. El de Seseña notó el cambio de posición y el cambio de rol. Acostumbrado a ocupar metros e iniciar el juego, sus nuevas responsabilidades parecieron hacerle brillar menos, hasta el punto que la entrada de Denis le dio otra marcha al equipo.

Aspas primero marcó y luego se ofuscó. Encontró el punto débil de los nazaríes cayendo hacia su derecha y arrastrando con él al central para sacarlo de su posición. Repitió el movimiento y generó las ocasiones de peligro hasta que en el 72 un centro suyo acabó en gol. Con 0-1 el de Moaña las tuvo para sentenciar, pero tal vez la ilusión por su histórico cuarto Zarra no ayudó a tener la claridad de ideas necesaria en la finalización.

El Celta sigue constatando dos cosas: su buen momento defensivo y una irregularidad que ya es difícil diferenciar si es cuestión de la situación clasificatoria en la que está o si es que forma parte del gen de un equipo capaz de asombrar un domingo y al siguiente dejarnos con la sensación de poder ofrecer más.

Pero la competición no ha terminado y ojo, porque venir en sentido descendente en la clasificación no es lo mismo que venir en sentido ascendente. La sensación de final de Liga no es la misma. El haberse quedado en tierra de nadie tan pronto es cierto que alivia los apuros de otros años por salvarse, pero también es cierto que la falta de un objetivo concreto puede llevar al equipo a dejarse ir. Y eso no es bueno. La tensión de la competición te mantiene concentrado en lo importante alejando situaciones propias de la relajación, tal como puede atestiguar por ejemplo equipos en situación similar como el Espanyol. Y es por eso por lo que en estos cuatro últimos partidos hay algo más en juego que el solitario punto que hace falta para finiquitar la salvación.