Gabri Veiga, talento inabarcable

ÁLEX GESTO VIGO

GRADA DE RÍO

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

En cinco meses, el porriñés se ha asentado como uno de los recursos más condicionantes y versátiles del Celta

12 feb 2023 . Actualizado a las 22:13 h.

Con Gabri Veiga, el asombro y la expectativa se han acostumbrado a ir de la mano. En un deporte donde lo numérico tiene tanto peso, sus argumentos son rotundos: 6 goles con apenas 13 titularidades en Liga. Tener en casa a uno de los mayores anotadores sub-21 de las grandes ligas está fuera de lo común, máxime si se repara en que su puesto específico no es el de delantero. Aun así, reducir a las cifras al canterano no le hace justicia. Es un caso que escapa al molde común. No en vano, los Montes loaban antaño su capacidad adaptativa y la velocidad a la que absorbía conceptos en sus primeros test con el filial. Así sucedió y sucede en Primera División.

Actualmente, su presencia en el once inicial del primer equipo es irrevocable. A base de buenos minutos, derribó la puerta de la titularidad con Eduardo Coudet. Gabri, en esos primeros trotes como titular, ya se mostró como una pieza capaz de sumar enteros a todas las fases del juego. Incluso de destacar y elevar el potencial del equipo. Tras la llegada de Carvalhal, no ha sido diferente. Con el técnico portugués, más dado a variaciones que su antecesor, lo estamos viendo florecer desde diferentes puntos de partida y funciones. Una muestra de lo completo que es a estas alturas un terreno de juego de Primera.

En el Benito Villamarín interpretó su papel más célebre, como volante interior con recorrido. Seguramente, la función más afín a sus singularidades en el momento presente. El doblete de ese encuentro habla de lo buen llegador que es. En presencia de un nueve dado a fijar jugadores —Strand Larsen, en este caso— ha mostrado varias veces la buena interpretación que hace de los espacios generados en la última línea rival, además del poderío que tiene para atacarlos y aparecer al espacio con ventajas. Sirve tanto de enlace como de dinamizador y finalizador en las posesiones. Facilita el avance de la pelota y también es quien puede convertirla en un gol. Bien sea con esas internadas o con un disparo lejano, otra de sus armas. Atesora esa personalidad y ese carácter vertical que rompen con la norma de versiones anteriores de este Celta.

Por otra parte, Carvalhal también lo ha empleado para pasadas jornadas en un sitio semejante al que ocupó en muchas de sus actuaciones con el Celta B el curso pasado: el de volante ofensivo o segundo punta. En esos casos, el míster desechó la figura del «nueve» fijador y acercó a Veiga y a Iago Aspas a la punta de lanza. Una dupla que parece entenderse y buscarse cuando están cerca del área rival, además de reunir prestaciones más acordes al trabajo de presión que se busca hacer ante determinados rivales. Maldades en común que se alimentan y divierten sobre el tapete.

Esa adaptabilidad a diferentes entornos y facilidad para condicionar a través de sus virtudes convierten a Gabri en uno de los mayores productores ofensivos de su equipo y de su liga. A estas alturas, fantasear con su techo es lógico a la par que implica una tarea imposible; es un talento inabarcable.