Aspas y Manolo, darlo todo por el club que lo es todo para ti: «Morirás con ello, no hay otro color»

LA VOZ VIGO

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Las leyendas del Celta reflexionan sobre el récord compartido de 533 partidos disputados con el club vigués

08 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El actual capitán del Celta, Iago Aspas, y el conocido como Gran Capitán del club, Manolo Rodríguez, protagonizan un vídeo publicado por el club vigués este martes con motivo de que el moañés haya alcanzando la cifra récord de 533 partidos del cangués. Ambos reflexionan sobe sus carreras, las épocas que les tocó vivir como deportistas en activo y el club vigués.

 

Asegura Aspas que para él, el Celta lo es «todo». Recuerda que entró muy pequeño -con nueve años- y que fue subiendo peldaños sin siquiera imaginar lo que lograría. «No hubiera pensado ni en el mejor de los sueños llegar al primer equipo, jugar competición europea ni tantos partidos en Primera», aunque tenía el ejemplo de su hermano, que siempre fue un referente importante para él, «un espejo» aunque no tuvieran que ver en cuanto a posición. «Va evolucionando la vida y va surgiendo», señala.

Para Manolo, el club vigués «siempre fue lo máximo». «Tampoco pensaba que podía llegar a ser futbolista del Celta, ni en mis mejores sueños», dice coincidiendo exactamente con las palabras de Iago. Pero sí tenía «mucha ilusión». «Yo vivía en Teis, en el Toural, y recuerdo que de pequeño, por ahí era la carretera que iba a A Coruña. Cuando jugaban Celta y Deportivo, sabíamos cuando ganaba o perdía preguntando al coche de A Coruña», relata ante las risas de su interlocutor.

Poco a poco, prosigue, se vio «metido en el Celta Juvenil» y fue «dando pasitos» hasta verse a los 16 años con el primer equipo. «Me vino muy bien, porque estás entrenando todos los días allí con un entrenador que se llamaba Joseíto y desde muy joven ya empiezas a coger otra condición física». A los 18, ya subió y pasó casi 30 años en el club. «El Celta me lo ha dado todo. Es algo que morirás con ello porque no hay otro color».

 Aspas, que le asegura a Manolo que para él seguirá siendo la mayor leyenda del club aunque le supere en partidos, revive su primer día, ese que lo cambió todo, «siempre se me pondrá la piel de gallina cuando recuerdo mi debut en Balaídos. Para mí fue tocar la gloria». Y también mira hacia atrás con una espina que, hasta hace poco, seguía clavada, «hace ocho años sufrimos mucho la eliminatoria en Manchester. Me quedó la espinita de volver a jugar en Europa con el Celta». De la mano de Aspas, un jugador de la cantera: «Deseo que siga habiendo muchos y que lo sigan haciendo contigo a su lado, que eres lo mejor que le pudo pasar a la historia del Celta», asevera Manolo.

Otro de los temas que abordan son las respectivas experiencias europeas vistiendo de celeste. En el caso de Manolo, «la alegría fue inmensa» y las circunstancias no tienen nada que ver con las actuales, asegura, «es otro mundo». «Fue una temporada que salió muy bien y, de repente, nos vimos en Europa. Llevábamos dos años en Primera, pero después de ocho o nueve en Segunda», relata. Se encontraron con el Aberdeen, ante el que dice que perdieron «por fallos propios y se acabó la historia, pero fue una época muy bonita y con gente de la cantera».

Aspas, por su parte, subraya que el actual Celta está «muy ilusionado», algo que no cambió pese a perder el primer partido, ante el Stuttgart -ganando luego el segundo, al PAOK-. «Hace ocho años, sufrimos mucho cuando quedamos fuera en Manchester. Fue una pena aquel partido, me quedo la espinita clavada», recuerda. Ahora, se la está sacando tratando de disfrutar al máximo y con la ambición de pasar a la siguiente fase.

Ambos rememoran sus mejores y peores momentos. En el primer grupo están para el moañés su lesión de tres meses -previa a A Nosa Reconquista, en el 2019- y la derrota en el play-off de Granada en el 2011. En el otro extremo, muchos donde elegir: la reaparición frente al Villarreal y el debut con doblete ante el Alavés diez años antes. «Salir a hombros en Balaídos ante 28.000 o 30.000 personas fue la gloria», recuerda.

 

Para Manolo, los momentos más especiales son el debut, los ascensos y el homenaje al acabar su carrera deportiva. «Fue mucha gente a despedirme y eso es algo que no puedes olvidar y hay que agradecer, no se te va de la cabeza», señala. Sus peores vivencias van ligadas a etapas de no jugar y a un desencuentro con un entrenador que le hizo pasarlo mal.