Claudio Giráldez tuvo muy presente el partido frente al Espanyol a la hora de plantear la alineación ante el Ludogorets
29 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Claudio Giráldez admitió en el lejano Razgrad, en Bulgaria, que el once del Celta había estado condicionado por el partido del domingo ante el Espanyol, una de sus bestias negras recientes. Por eso dejó en el banquillo a carrileros como Sergio Carreira y a jugadores ofensivos como Iago Aspas, Bryan Zaragoza o Pablo Durán. Se supone que con el objetivo de tener a un once fresco para poner ganarle al fin un partido a Manolo González.
De entrada, Ionut Andrei Radu seguirá siendo el portero titular en liga después de desvelar Claudio que sus problemas en el dedo -donde sufrió un esguince que le hizo perderse el partido de Zagreb- le impiden jugar cada tres días. En la línea defensiva, si vuelve al 3-4-3 tradicional, tiene frescos a Javi Rodríguez, Carl Starfelt y Marcos Alonso. De los tres, solo el sueco entró en la recta final de la contienda y los otros dos no salieron del banquillo.
Para los carriles, Javi Rueda se quedó en casa como descarte por decisión técnica y debe estar descansado para batallar en la derecha y Carreira viajó, pero sin llegar a tener presencia en el equipo. Parece difícil que vaya a jugar de cara Óscar Mingueza después de disputar todo el partido.
Lo mismo sucede con Ilaix Moriba en la sala de máquinas, pero la presencia del hispanoguineano dependerá en gran medida de la recuperación de Fran Beltrán. Si el de Seseña no está, se antoja compicado intuir un Celta sin un centrocampista físico ante un rival tan duro como el Espanyol. Hugo Sotelo, que no tuvo minutos ante el Ludogorets podría ser el metrónomo, aunque Miguel Román gana puntos cada vez que pisa el campo.
En el frente de ataque, Claudio Giráldez le dio minutos a cinco de sus jugadores, pero ninguno de ellos completó el partido. Por esfuerzo, Bryan Zaragoza y Iago Aspas deberían ser los más descansados, mientras que Ferran Jutglà y Pablo Durán se repartieron un tiempo cada uno. El más exigido fue Borja Iglesias, que jugó 57 minutos, pero resulta difícil pensar en este partido sin el compostelano ante el equipo que le dio la oportunidad de mostrarse en Primera División, aunque el curso pasado solo entró en la segunda mitad en Cornellá y no jugó en la vuelta en Vigo. A mayores, hay que tener en cuenta que Hugo Álvarez y Swedberg ya deberían estar en condiciones de tener minutos.
