Berlusconi, abucheado en la fiesta nacional italiana

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La Liga Norte boicoteó los actos del 150.º aniversario de la unificación del país tras ser declarado recientemente festivo

18 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Durante los actos del 150.º aniversario de la unificación italiana que se celebraron ayer en toda Italia, no faltaron momentos de polémica. Uno de ellos tuvo como protagonista a Silvio Berlusconi, que en dos ocasiones fue abucheado. La primera contestación tuvo lugar durante la inauguración del Museo de la República Romana, en el Gianicolo, donde fue acogido con gritos de «dimisión, dimisión», mientras el presidente de la República, Giorgio Napolitano, recibía los aplausos.

Más tarde los abucheos continuaron en la basílica de Santa María de los Ángeles, donde se celebraba una misa. Tal vez por ese motivo, tras la ceremonia decidió abandonar el templo por la sacristía. El resto de las autoridades, con Napolitano a la cabeza, salieron por la puerta principal.

La polémica continuó con la Liga Norte, que ya desde hace semanas cuestiona la celebración del 17 de marzo como fiesta nacional y por ello decidió boicotear los actos con la contrariedad de sus aliados en el Gobierno. Además de haber abandonado el miércoles los legislativos regionales de Lombardía y Emilia Romaña durante la interpretación del himno nacional, ayer fue muy criticada su ausencia a los actos celebrados en el Parlamento. En el hemiciclo solo estaban presentes los tres ministros del partido: Umberto Bossi, Roberto Maroni y Roberto Calderoli, un subsecretario y un parlamentario.

En Milán, el eurodiputado y concejal de la Liga Norte, Matteo Salvini, instaló una mesa de despacho delante del ayuntamiento para demostrar que trabajaba. Lo mismo hicieron ayer muchos alcaldes de la Liga que acudieron a sus despachos ignorando así el día de fiesta, comportamiento definido por la oposición como «ofensivo». Precisamente en uno de sus discursos el presidente Napolitano insistió en la importancia de la unidad de Italia, recordado que «divididos habríamos sido expulsados de la historia».