La rebelión de una ciudad china logra parar una planta industrial

esperanza calvo PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Varios policías chinos recobran fuerzas rodeados por ciudadanos en una pausa de los fuertes enfrentamientos en Shifan.
Varios policías chinos recobran fuerzas rodeados por ciudadanos en una pausa de los fuertes enfrentamientos en Shifan. REUTERS< / span>

El malestar por la contaminación del país moviliza a miles de personas

04 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que no han logrado la defensa de los derechos humanos en China o la lucha por la democracia lo está consiguiendo la ecología, que ha conseguido sacar a la calle a miles de ciudadanos en la ciudad de Shifang, provincia de Sichuan, al suroeste del país.

Las protestas comenzaron pacíficamente el domingo por la noche, cuando los manifestantes portaron pancartas exigiendo la paralización de las obras de una planta de aleación de cobre, un metal cuyos residuos son altamente contaminantes y que nadie desea tener cerca de su casa. «Salvaguardad nuestra ciudad» y «Unidos para proteger el medio ambiente para la próxima generación» fueron los lemas que se podían leer en decenas de fotografías que circularon como la pólvora por Weibo, la principal red social china. Fue tal el interés de la gente que la búsqueda #Shifang pronto se colocó a la cabeza de los temas del día.

Las protestas continuaron el lunes, lo que provocó el enfrentamiento con la policía. El diario oficial Global Times asegura que los agentes utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud después de que los manifestantes lanzasen ladrillos contra las oficinas del gobierno. La prensa de Hong Kong habla abiertamente de una batalla campal en la que se destrozaron varios coches de policía. Mediante un comunicado en su web oficial, las autoridades admiten que son trece heridos y acusan al movimiento Falun Gong y a los «separatistas» del Dalai Lama de estar detrás de las protestas que coinciden con el aniversario del nacimiento del Partido Comunista Chino. Han dado un plazo de tres días para que los cabecillas se entreguen y han lanzado esta advertencia. «Cualquiera que utilice Internet, mensajes de telefonía móvil y otros medios para incitar, planear u organizar concentraciones ilegales, marchas de protesta o manifestaciones debe cesar inmediatamente sus actividades ilegales».

Lejos de sentir la batalla como una derrota, los manifestantes han logrado su objetivo, al menos a corto plazo. «El proyecto será paralizado hasta que enviemos a equipos para educar a los ciudadanos», se puede leer en el mismo comunicado. Habrá que ver ahora si los ciudadanos de Shifang cambian de actitud tras ser «reeducados» por las autoridades. China absorbe el 40% de la producción mundial de cobre, un metal imprescindible para mantener el crecimiento económico que el país necesita para seguir generando empleo y para mantener la estabilidad social.

La de Shifang no es la primera protesta de este tipo. En el mes de agosto del pasado año, miles de manifestantes consiguieron que se cerrase una planta química en la ciudad portuaria de Dalian.