Buitres financieros internacionales sostienen el régimen venezolano

JULIO Á. FARIÑAS A CORUÑA

INTERNACIONAL

ANDREW GOMBERT | Efe

Las fisuras en el seno del chavismo, la presión popular permanente en la calle y el progresivo rechazo mundial mantienen al régimen venezolano contra las cuerdas.

04 jun 2017 . Actualizado a las 10:33 h.

Solo el oxígeno proporcionado por grupos financieros internacionales como Goldman Sachs, que están actuando como auténticos buitres, mantienen con vida a un gobierno que está siendo objeto a diario, especialmente desde hace más de dos meses, de un contundente rechazo por la gran mayoría de sus ciudadanos.

El banco de inversiones estadounidense acaba de comprar bonos de PDVSA, la petrolera estatal venezolana, principal foco de corrupción del país, por valor de 2.800 millones de dólares. Pero solo tuvo que desembolsar 865 millones, ya que ante las prisas del madurismo por hacer caja, estaban de saldo, con una rebaja nada menos que del 31 %.

Los banqueros del madurismo pasaron olímpicamente del llamamiento de la oposición venezolana a las instituciones financieras internacionales para que no realizasen transacciones con un gobierno que tiene al país al borde de la bancarrota y que busca desesperadamente liquidez.

Un dinero, que no se va a destinar a atender las acuciantes carencias de productos básicos que padece la ciudadanía, sino a reponer la ingente cantidad de material represivo gastado en los últimos meses. También le servirá para seguir endeudándose, ya que de aquí a finales de año tiene que hacer frente a vencimientos de deuda por valor de 4.600 millones de dólares.

Inversores sin escrúpulos

Estos inversores sin escrúpulos incluso se permiten el lujo de decir que están apostado a un cambio de gobierno en Venezuela que puede duplicar el valor de su deuda, ya que ha sido negociada con fuertes descuentos y con una rentabilidad de alrededor del 30% por ser inversiones de alto riesgo que, paradójicamente se ven beneficiadas por el compromiso firme del gobierno de Maduro de cumplir puntualmente con sus obligaciones financieras.

Goldman Sachs no es el único banco de inversión estadounidense que ve en el avispero venezolano una oportunidad de negocio. JP Morgan mantiene los bonos de este país dentro de su índice de referencia de deuda soberana de países emergentes, a pesar de las presiones ejercidas desde la oposición para que lo saque.

Aunque no es raro que los bancos compren deudas de los países en quiebra, esta compra llama la atención porque se produce en un momento en que el régimen de Maduro está contra las cuerdas, tras masivas protestas callejeras que han dejado mas de 60 muertos en las últimas semanas.

Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, envió el 29 de mayo una carta de protesta al presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, diciendo que «la línea de salvación financiera del régimen servirá para reforzar la brutal represión desencadenada contra cientos de miles de venezolanos que protestan pacíficamente por el cambio político».

Borges le advirtió del carácter irregular de la transacción y de que la Asamblea venezolana abrirá una investigación sobre el caso.

El profesor de economía de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, ex ministro de planificación de Venezuela, declaró días pasados al columnista Andrés Oppenheimer que lo que ha hecho Goldman Sachs «equivale a financiar una dictadura». Añadió que Goldman Sachs ha comprado bonos de hambre y el daño reputacional a Goldman Sachs será mucho mayor que los beneficios financieros que pueda obtener de esta operación».

Saltos de talanquera

Por otra parte siguen creciendo las fisuras y las grietas en el seno del chavismo-madurismo. Al desmarque de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz y de la ex defensora de pueblo se han sumado en las ultimas horas los de media docena de diputados del PSUV, que también han optado por saltar la talanquera (cambio de bando).

Según la periodista venezolana Sebastiana Barráez, la semana pasada el número de oficiales de las fuerzas armadas detenidos por haberse posicionado en contra de la represión de las manifestaciones populares crece cada día. La semana pasada ascendía a 36. De ellos 20 son del Ejercito de Tierra, 11 de la Aviación y cinco de la Guardia Nacional Bolivariana, A todos ellos, más tres civiles, se les acusa de haber intentado derrocar a Maduro desde el año 2015.

Mas represión

Y la represión va a más. Según el balance presentado en la mañana del pasado sábado por Alfredo Romero, director ejecutivo del Foro Penal Venezolano, desde que comenzaron las protestas hace mas de dos meses, se han producido 3.027 detenciones arbitrarias de manifestantes. El número de muertos y heridos ha ido a más y el de arrestados evolucionó de forma decreciente. Los asesinatos cometidos directamente dentro de las protestas los cifró en 49. El resto, hasta un total de 69 murieron, en unos casos electrocutados y en otros en accidentes en las barricadas. Los restantes fueron objeto de linchamientos.

Precisó que de los 49 asesinatos cometidos directamente en el seno de las protestas 30 de ellos se produjeron en el mes de mayo y 24 solo en las dos últimas semanas de dicho mes.

Ofreció datos sobre el uso de bombas lacrimógenas de forma letal al ser disparadas horizontalmente. Los cartuchos metálicos que las contienen, al impactar frontalmente con el cuerpo de la víctima origina un paro cardíaco. Citó el caso concreto de Oscar Navarrete, un joven de 18 años que recibió el impacto de un cartucho de bomba lacrimógena el pasado día 18, que le originó el consiguiente paro cardíaco y actualmente se encuentra en estado vegetativo.

También dio datos sobre víctimas de munición de postas utilizadas utilizadas como rellenos de los cartuchos que originariamente están destinados a albergar pelotas de goma