Omran Daqneesh, de símbolo de la guerra a herramienta de propaganda del régimen de Al Asad

INTERNACIONAL

El niño, cuya imagen en estado de shock en una ambulancia dio la vuelta al mundo, es utilizado hoy en día como medida persuasoria para los que se muestran en contra del régimen

06 jun 2017 . Actualizado a las 21:57 h.

Probablemente Omran Daqneesh nunca quiso convertirse en un símbolo. Al menos no como lo hizo. Su imagen dio la vuelta al mundo, convirtiendo al inocente niño en la cara más cruel de la guerra de Siria. La suya era una historia más de la barbarie. Pero su fotografía consiguió remover la conciencia de muchos que asistían impasibles al horror que desde hace seis años asola Siria.

Sentado, lleno de tierra y sangre, mirando al vacío y con una impasibilidad que removía hasta las entrañas, Omran Daqneesh nos agitó por dentro. Su casa se había visto reducida a escombros tras uno de los ya típicos ataques aéreos y su hermano mayor, Ali, de tan solo diez años, había perdido la vida como resultado de una de las explosiones. Con solo cinco años, Omran Daqneesh ya conocía la peor cara de la humanidad.

Ahora parece que la historia ha cambiado. No sin polémica. Unas nuevas imágenes publicadas estos días muestran a un Omran muy cambiado. Sano y con la sonrisa que se prevé en todo niño de su edad, el pequeño símbolo de la guerra de Siria ha vuelto a ser lo que nunca debería haber dejado de ser: un niño más.

Sin embargo, no todo es tan sencillo. La encargada de compartir la nueva vida de Omran Daqneesh es la periodista siria Kinana Allouche, muy conocida por su gran afinidad hacia el régimen de Bachar Al Asad. Los últimos movimientos apuntan a que los afines al régimen quieren convertir al símbolo de la guerra en su propio símbolo. La polémica periodista compartía varias fotos de su visita a la casa de Omran con un mensaje que ha molestado a muchos: «El pequeño Omran, que fue utilizado para dañar la imagen del Ejército sirio, vive ahora en el estado de Siria con su Ejército, su líder y su gente».

A Omran y a su familia sigue persiguiéndoles el miedo. De hecho, y según las informaciones que se han compartido en las redes en los últimos meses, los Daqneesh se negaban a hablar con cualquier medio de comunicación por miedo a sufrir las represalias de los partidos afines a Al Assad. 

Pero las represalias han llegado. De forma mucho más sibilina. No sufrirán las consecuencias, mientras trabajen para el régimen.