Tres muertos y 400 heridos en las protestas contra los controles de Israel en la Explanada de las Mezquitas

Agencias

INTERNACIONAL

Los palestinos ven en las medidas un intento de apropiarse del lugar, sagrado para judíos y musulmanes

21 jul 2017 . Actualizado a las 19:25 h.

La violencia marcó la jornada del viernes, día sagrado para los musulmanes, en Jerusalén Oriental y Cisjordania, donde tres palestinos murieron y 400 resultaron heridos en choques con la policía israelí en protesta por las medidas de control de Israel en el entorno de la Explanada de las Mezquitas.

Los palestinos consideran que el refuerzo de las medidas de seguridad (consistentes básicamente en la colocación de arcos detectores de metales) supone un intento de los israelíes por apropiarse del lugar, el tercero más sagrado del Islam y el más sagrado para el judaísmo, pues alberga el también denominado Monte del Templo, a cuyos pies se encuentra el Muro de las Lamentaciones.

La víctima mortal más joven es un palestino de 17 años que ha muerto en un hospital de Ramala tras recibir un disparo en el pecho de manos de las fuerzas de seguridad israelíes durante la protesta que ha tenido lugar en la localidad cisjordana de Abu Dis, según ha informado el Ministerio de Sanidad palestino a la agencia de noticias Maan.

Muhamad Mahmud Sharaf, de 18 años, también ha perdido la vida este viernes. De acuerdo con un testigo consultado por Maan, un colono judío le ha disparado en el cuello durante los enfrentamientos que se han desatado en el barrio de Ras al Amoud, en Jerusalén Este.

El tercer fallecido es Muhamad Abú Ghanam, de 20 años, a quien la Policía israelí ha disparado en los choques que se han registrado en el barrio de Al Tur, en Jerusalén, según testigos y fuentes médicas.

Los familiares y amigos de las dos últimas víctimas, Sharaf y Ghanam, se han llevado sus cadáveres del hospital para evitar que fueran confiscados por las autoridades israelíes. Sus funerales se han celebrado este mismo viernes en medio de cánticos sobre Al Aqsa.

Origen de los disturbios

El ambiente comenzó a caldearse cuando miles de musulmanes se acercaron a las inmediaciones del recinto, donde se negaron a atravesar los detectores de metales instalados por Israel el día 16, tras el ataque cometido dos días antes por tres árabe-israelíes, que asesinaron a dos policías y luego fueron abatidos por las fuerzas de seguridad de Israel.

Los musulmanes se agruparon en señal de protesta en las calles adyacentes a la Explanada de las Mezquitas, tanto dentro como fuera de la ciudadela, donde procedieron a rezar.

La tensión se extendió alrededor del recinto, situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén oriental (ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967) y que tanto musulmanes como judíos consideran terreno sagrado.

Igualmente, estallaron incidentes en diversos barrios de Jerusalén Este y Cisjordania, donde cientos de palestinos lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad israelíes, que cargaron contra los manifestantes.

Se produjeron forcejeos con las fuerzas de seguridad israelíes, que permitían acercarse a la Explanada solo a las mujeres y a los varones mayores de 50 años y negaban la entrada a los más jóvenes.

Las calles se llenaron de alfombras de oración y fieles, mayoritariamente hombres, que rezaban y se arrodillaban ante decenas de policías que les cortaban el paso en los puntos de fricción, especialmente en las puertas de Damasco y de los Leones.

«Es humillante, nunca lo aceptaremos. Llevamos muchos días llorando por este tema. Nadie ha entrado a rezar dentro, todos estamos fuera para pedir que quiten los detectores», dijo a Efe Fátima, emocionada tras participar en la oración y que no quiso decir su apellido.

«¿Por qué tenemos que atravesar los detectores?. Solo venimos a rezar. Queremos acceder libremente a nuestro lugar de rezo», dijo a Efe Ziad, preparado para orar en la calle adyacente a la Explanada.

Aseguró que los arcos no son necesarios porque «en todas partes tienen cámaras de seguridad» y denunció que Israel «no está dejando llegar a la gente de (la ciudad cisjordana de) Ramala, ni tampoco del norte del país. Vivo a un kilómetro y tengo que esperar más de una hora para entrar en mi mezquita, es inaceptable».

Por su parte, el diputado árabe-israelí Ahmed Tibi, fue preguntado sobre por qué eran inaceptables los detectores, cuando estos están en muchos lugares sagrados, incluida La Meca, respondió que: «La Meca no está ocupada. Al Aqsa sí está ocupada, es una diferencia sustancial. Los palestinos temen que se quiera aprovechar la situación para cambiar el statu quo».

En las revueltas fallecieron tres palestinos: Mohamad Sharaf, un joven de 18 años del barro jerosolimitano de Ras Al Amoud, que pereció tras recibir un disparo en el cuello, Mohamad Hasan Abu Ganem, de 19 años, muerto en enfrentamientos en el barrio de A Tur y Mohamad Lafi, de 17 años y herido en el barrio de Abu Dis, en el este del muro de separación que Israel construyó en Cisjordania.

Un vídeo difundido en las redes sociales muestra como un grupo de palestinos se lleva a escondidas uno de los cadáveres del hospital Makased, en el Monte de los Olivos, para enterrarlo de inmediato y evitar que sea confiscado por las autoridades israelíes, que en varias ocasiones han tardado meses en entregarlos a las familias.

El servicio de emergencias de la Media Luna Roja confirmó 391 heridos en los disturbios, muchos de ellos por inhalación de gas, pero también decenas por quemaduras y heridas de munición real y de balas recauchutadas, confirmó a Efe un portavoz.

En las inmediaciones de la Ciudad Vieja, Efe presenció cargas policiales y detenciones de los fieles que, finalizado el rezo en las calles, lanzaron botellas de agua a los agentes que cortaban el acceso a la ciudadela amurallada.

La zona amaneció con un amplísimo dispositivo de la Policía, que expulsó a la prensa de puntos cercanos al complejo, como la Puerta de los Leones.