Donald Trump rectifica y condena la violencia de los grupos extremistas en Charlottesville

EFE / Europa Press WASHINGTON

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«El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales», aseguró el mandatario tras varios días recibiendo críticas por la tibieza de su reacción

14 ago 2017 . Actualizado a las 20:57 h.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comparecido este lunes para criticar expresamente los actos racistas registrados en Charlottesville y tachar de «repugnantes» a «grupos de odio» como los supremacistas blancos, después de que su tibia primera reacción recibiese todo tipo de críticas. «El racismo es el mal», ha proclamado.

«A todos los que cometieron delitos en la violencia racista de este fin de semana, les digo que rendirán cuentas», ha dicho Trump, quien ha condenado «en los términos más rotundos» una violencia que tuvo como origen una movilización de ultraderechista.

«El racismo es el mal y quienes causan violencia en su nombre son criminiales y matones», ha añadido el mandatario norteamericano, con una alusión explícita al Ku Klux Klan (KKK), neonazis, supremacistas blancos y «cualquier otro grupo de odio repugnante». A su juicio, «ataques horribles» como el registrado en Charlottesville contra una manifestación antifascista «golpean en el corazón de Estados Unidos».

El presidente estadounidense aseguró que «el odio, la intolerancia y la violencia no tienen lugar en Estados Unidos» y añadióó que «independientemente del color de nuestra piel, vivimos bajo las mismas leyes y saludamos a la misma gran bandera y estamos hechos por el mismo Dios todopoderoso».

Tras su declaración no hubo preguntas, a pesar de que el viernes había anunciado que este lunes ofrecería «una gran conferencia de prensa» en la Casa Blanca, sin especificar el tema a tratar.

El pasado sábado, una persona murió y otras 19 resultaban heridas por un atropello perpetrado durante una manifestación antifascista, convocada a su vez como protesta por la concentración de neonazis y simpatizantes del KKK en Charlottesville (Virginia).

La reacción inicial del mandatario norteamericano provocó intensas críticas por no haber condenado de manera explícita la violencia de los supremacistas blancos, los neonazis y los seguidores del KKK, que fueron quienes iniciaron los disturbios.

En su primera declaración, Trump denunció lo que definió como una «indignante exhibición de odio, intolerancia y violencia de todos los bandos». Un día después, la Casa Blanca sacó un comunicado para aclarar que Trump condenaba «todas las formas de violencia, intolerancia y odio», incluidos «los supremacistas blancos, el Ku Klux Klan y todos los grupos extremistas».