«Fue una experiencia de terror horrible con un final afortunado»

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

HANNAH MCKAY | Reuters

Arancha García, una gallega que vivió el atentado de Londres, resultó herida en la estampida que se produjo tras la explosión en el metro

17 sep 2017 . Actualizado a las 10:09 h.

Como cualquier viernes, Arancha García Colino, una compostelana de 40 años que reside en Londres desde hace diez, se dirigía a su trabajo en un banco en un tren de la línea District, objetivo el viernes de un atentado fallido reivindicado por el Estado Islámico. «Fue una experiencia de terror horrible con un final muy afortunado», confiesa sin haber superado el susto. Se había subido en Putney Bridge, la parada anterior a Parsons Green, la estación donde se encontraba parado el metro cuando estalló el cubo bomba. La policía analizaba este sábado el contenido del artefacto que no llegó a explotar en su totalidad, evitando así una masacre.

«Todo iba bien, el tren iba bastante lleno como cada mañana. Me situé entre la mitad y el final, donde tuvo lugar la explosión, pero yo no oí nada». Cuando se paró en Parsons Green y las puertas estaban a punto de abrirse comenzó la pesadilla. «De repente escuche gritos de 'run, run' [correr, correr] sin saber que pasaba, pensé que alguien se había subido con una pistola o una navaja», explica. Entonces se produjo la estampida. «La gente iba arrasando, no se respetaba nada, ni niños ni mujeres, era el sálvese quien pueda», añade. A Arancha la empujaron y terminó en el suelo con varias personas sobre ella. «Alguien debió accionar la alarma, porque las puertas del tren se abrieron, en pocos segundos quedó vacío, con bolsos, carritos y ordenadores tirados por el suelo». Ella resultó magullada y con una muñeca dolorida. La mayoría de los heridos se produjeron por la estampida. Solo unos pocos sufrieron el fogonazo de la bomba.

Cuando puedo reponerse, se enteró de que se había producido una explosión y llamó a su marido, quien le pidió que saliera inmediatamente de la estación. Poco después, la recogía en medio del despliegue de ambulancias, momento captado por un fotógrafo. «Fue un gran susto pero tuvimos mucha suerte, tanto porque falló la explosión como porque el tren estaba detenido en la estación, de no estar parado la estampida podría haber sido peor», confiesa.

Detención en Dover

La investigación sobre el atentado avanzó ayer con la detención de un joven de 18 años en el puerto de Dover y el registro pocas horas después de una casa a 20 kilómetros de Londres en el barrio de Sunbury, donde fueron evacuados 60 hogares como medida de precaución. La ministra de Interior, Amber Rudd, calificó la detención de «muy significativa», pero dijo que era «demasiado pronto» para decir si el sospechoso estaba fichado, como afirmó Donald Trump. Tampoco quiso confirmar las informaciones de prensa sobre si el artefacto contenía clavos y TATP, el explosivo de los yihadistas.

La alerta terrorista se mantiene en su nivel más alto.