May no sabe qué votaría en otro referendo sobre la UE

Íñigo Gurruchaga LONDRES / COLPISA

INTERNACIONAL

ADRIAN DENNIS | AFP

Las palabras de la primera ministra británica denotan falta de convencimiento sobre los beneficios del «brexit»

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El liderazgo de Theresa May es de nuevo cuestionado, después de que la primera ministra fuese incapaz de responder en una entrevista qué votaría ahora en un referendo sobre la permanencia o la marcha de la UE. May votó por el in en el 2016, pero desde entonces ha guiado al país con la promesa de un Reino Unido global y esplendoroso tras el brexit. El entrevistador en la radio LBC, Iain Dale, le preguntó qué votaría hoy en una consulta con la misma pregunta: «Voté en favor de la permanencia por buenas razones en aquel momento, pero las circunstancias cambian», respondió. «Me estás preguntando cómo votaría ahora en un contexto diferente, un contexto internacional diferente, un contexto económico diferente».

Dale insistió. «Podría decir aquí sentada, 'Oh, votaría por la permanencia, o por la marcha', solamente para darte una respuesta. Pero estoy siendo abierta y honesta contigo. La última vez analicé todas las cosas y llegué a una conclusión, y ahora haría exactamente lo mismo», dijo May.

Nigel Farage, líder de la eurofobia británica, reaccionó disgustado ante las ambigüedades de May. Más grave para ella es que esas palabras, que denotan falta de convencimiento sobre los beneficios del brexit, llegan un día después de defraudar a los diputados euroescépticos de su partido, a los que confirmó que las decisiones del Tribunal de Justicia de la UE seguirán siendo relevantes durante el período de transición de dos años.

En la misma entrevista, se negó tres veces a confirmar que los ciudadanos de la UE que residen en la actualidad en el Reino Unido podrán permanecer, si no hay acuerdo en las negociaciones. Es una posición más reservada que la de partidarios del brexit limpio, como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg, nítidos sobre la permanencia de residentes europeos con los derechos de los británicos.

La diputada laborista Heidi Alexander la acusó ayer en los Comunes de estar «asustada» de sus diputados radicales. May se puso en pie, tiró sobre la mesa los papeles que tenía en la mano y replicó: «¡No puede estar más equivocada!». Pero sus papeles estuvieron a punto de caer de la mesa parlamentaria y se apresuró para evitarlo. Ni la rabia le sale redonda a la líder británica y la cadena de actos públicos de incompetencia abona la emergencia de maniobras de acoso.