Venezuela, elecciones regionales, manipuladas pero trascendentales

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Miguel Gutiérrez / EFE

Casi 20 millones de venezolanos se enfrentan a un gran dilema: abstenerse en unas elecciones descaradamente manipuladas por el chavismo que solo busca legitimarse en el poder o acudir masivamente a votar y asestarle un golpe similar al del 2015.:

14 oct 2017 . Actualizado a las 17:36 h.

Las elecciones regionales a gobernadores convocadas a última hora para este domingo 15 de octubre, según la constitución bolivariana, tenían que haberse celebrado hace más de un año. Ante la certeza de que iban a perder nuevamente por goleada, el madurismo,que es la versión más obscena del chavismo, las aplazó sine die

A última hora, acosado por la presión internacional y la consiguiente asfixia económica, accedió a convocarlas para guardar las apariencias democráticas. Antes incluso de hacer pública la fecha oficial de las mismas echaron mano de todo tipo de marramucias para, al menos, amortiguar el golpe.

Una vez convocadas, a Maduro le faltó tiempo para advertir a los gobernadores electos que si no se someten a la pantomima de su Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que se sacó de la manga el pasado 30 de julio, no serán reconocidos como tales.

Lo último ha sido reubicar 271 colegios electorales en 16 estados del país alegando razones de seguridad. La decisión afecta a más de 700.000 electores que no podrán votar en el sitio donde lo han hecho siempre y que en algunos casos habrán de desplazarse más 8 kilómetros. No parece ser casual que los desplazamientos afecten a colegios electorales donde en anteriores consultas la oposición se alzó con el 80 % de los votos.

Promover la abstención

El objetivo final de todas estas marrullerías no es otro que promover la abstención y los votos nulos para que la derrota de los candidatos oficialistas no sea tan estrepitosa.

La oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se vio en la tesitura  de participar o no en unas elecciones trucadas de antemano, tras un amplio debate interno en el que sin duda pesaron mucho los efectos de su retirada en las legislativas de 2005, que permitieron al chavismo copar toda la Asamblea Nacional y legislar a su antojo, al final se decantó, una vez más,  por la vía electoral para desbancar al chavismo. No solo sale con todas las de ganar, según todas las encuestas, sino que aprovechará para reponer fuerzas después de cuatro meses de lucha en la calle con un centenar largo de víctimas mortales.

«No votar  es regalarle el voto al chavismo», fue uno de los mensajes centrales

de la campaña opositora. Si los venezolanos votan masivamente, Maduro quedará en evidencia, una vez más, ante la comunidad internacional de la que depende la supervivencia económica del país. Si no fallan las encuestas, Maduro no tendrá más remedio que escoger entre el fraude y la aceptación de la derrota. Todo ello hace que estas elecciones sean trascendentales para el futuro de un país cada día más al borde del precipicio.