¿Cómo nacen las «fake news»?

LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente estadounidense Donald Trump mira a la cámara del fotógrafo Saul Loeb.
El presidente estadounidense Donald Trump mira a la cámara del fotógrafo Saul Loeb. SAUL LOEB | AFP

La expresión que ganó destaque con Trump genera confusión y aumenta el discurso de odio

17 nov 2017 . Actualizado a las 15:10 h.

Amenazan a la libertad de prensa y al periodismo. Las noticias falsas, llamadas fake news, tienen el poder de distorsionar la realidad y de impactar en la vida de las personas, como quedó de manifiesto tras las elecciones de Estados Unidos, las presidenciales francesas, el referendo del brexit o más recientemente en el desafío secesionista catalán. Aunque han existido siempre, es ahora con el auge de las redes sociales que las noticias falsas han ganado fuerza: su difusión en Internet es barata y exponencial. 

«No he inventado el término, porque creo que otras personas lo han usado a lo largo de los años, pero nunca lo había notado. Lo que sí he hecho es darle visibilidad, porque lamentablemente nuestro país está plagado de ellas y es una pena». Así se refería Donald Trump a las fake news durante una entrevista en la CNN tras haber sido elegido presidente de los Estados Unidos. Fue en otoño del 2016, durante la campaña electoral cuando la expresión fake news empezó a popularizarse y a sonar con más frecuencia, y es que Trump recurrió a ella (y lo sigue haciendo habitualmente) en Twitter cuando quiere desprestigiar alguna exclusiva publicada por los medios de comunicación que ha puesto en su diana.

La principal función de las fake news es la desinformación, casi siempre con un interés detrás, bien sea político, económico, deportivo... Pero, ¿cómo nacen? Las noticias falsas difunden propaganda o bulos, o directamente desinforman, haciéndose pasar por una noticia real. Además de aprovechar el tirón de las redes sociales, donde se propagan rápidamente mucho antes de ser desmentidas, los creadores de fake news aprovechan otros métodos para confundir a los lectores. Utilizan dominios similares a páginas reales, copian la apariencia de medios reputados para confundir e incluso establecen alianzas entre páginas de noticias falsas para apoyarse y ganar credibilidad entre la audiencia. Además de engañar, el negocio de estas páginas consiste en incrementar su tasa de clic para así lograr un mayor número de impresiones publicitarias y, por extensión, más ingresos. 

En Europa, casi el 50% de los lectores comparten las noticias por redes sociales (Facebook, Twitter y WhatsApp), que figuran como el principal medio para la distribución de noticias falsas. Según el último informe Predicciones Tecnológicas para el 2018 de la consultora Gartner, analizado esta semana en un simposio Barcelona, en el año 2022 el público de las economías maduras ya consumirá más noticias falsas que verdaderas. «Con una cantidad cada vez mayor de noticias falsas, existe la necesidad de una supervisión estrecha», exhorta la consultora en el estudio. Gartner advierte de que mientras que la «inteligencia artificial está demostrando ser muy eficaz en la creación de nueva información, también está siendo igual de eficaz en distorsionar los datos para crear información falsa». La consultora predice, incluso, que antes del 2020, este tipo de distorsión informativa puede alimentar fraudes financieros. Además, también muestra sus dudas de que durante los próximos tres años las principales empresas de Internet logren cosechar un completo éxito al intentar mitigar el problema.

Paul Horner, fallecido el pasado mes de septiembre, era uno de los pioneros en la creación y propagación de noticias falsas a través de dominios que parecían oficiales. Sus historias lograron captar la atención en Estados Unidos durante las últimas elecciones presidenciales debido a que medios de comunicación y políticos se hicieron eco de su trabajo sin haber verificado antes la información. Se consideraba a sí mismo uno de los artífices de la victoria de Trump. Tratando de explicar su trabajo, Horner dijo en algunas entrevistas que «cualquiera podía escribir una historia». A su juicio, para lograr que una noticia falsa se propague, los primeros párrafos deben de ser siempre «súper legítimos», lo mismo que el título y la imagen que será utilizada, y después poco a poco hay que ir exagerando más y más la información.  

En algunos de los casos más conocidos, el ex director de la campaña del ahora presidente Trump Corey Lewandowski envió un mensaje por Twitter con un vínculo a una de las historia de Horne sobre manifestantes que eran pagados para acudir a eventos públicos. También la cadena de televisión Fox News una vez informó que el presidente Barack Obama personalmente había financiado el «Museo de la Cultura Musulmana» durante un cierre del gobierno federal. 

 

Lucha contra las fake news

Para intentar combatir las noticias falsas, los dos más grandes players de la web, Google y Facebook, han anunciado medidas. La red social de Mark Zuckerberg introdujo en su plataforma en España una nueva herramienta con la que se enseña a sus usuarios, a partir de diez consejos, a distinguir las noticias falsas. Entre ellos, no confiar en los titulares de las noticias, en especial si contienen admiraciones, mayúsculas o informan de hechos inverosímiles. Además, la red social recomienda comprobar las urls para asegurarse de que se trata de una fuente oficial.

Para intentar disminuir el dinero que va a sitios identificados como engañosos, Google cambió su plataforma de publicidad AdSense en octubre. Otro paso importante de la empresa estadounidense, que domina el 90% de la búsqueda mundial, fue el cambio en el algoritmo a fin de reforzar páginas con más importancia y credibilidad y reducir la incidencia del contenido de poca calidad.