Cambio de rumbo con la vista puesta en el pasado

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

INTERNACIONAL

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Identificamos, casi de manera automática, el nazismo con la Alemania de los años 30 y 40 del siglo pasado y, por supuesto, con Hitler pero, nos cuesta más recordar que, este terrible personaje, era de origen austríaco y que, en su país, sus seguidores fueron muy numerosos. Tras la Segunda Guerra Mundial, todo aquello que tuviera que ver con él, aunque fuera por casualidad, se convirtió en anatema, cuando no, directamente, en delito. No era para menos, la limpieza étnica y política propulsada por el nazismo que conllevó el exterminio de seis millones de judíos y millones de personas de otras razas, ideologías o tendencias sexuales se convirtió en el paradigma del horror a evitar.

Desgraciadamente, ocho décadas después, una conjunción de circunstancias han favorecido el florecimiento de aquello contra lo que se ha luchado tan denodadamente en los países demócratas europeos: los partidos que defienden un nacionalismo xenófobo. Así, la crisis económica que ha hecho crecer el desempleo en los países más prósperos de la UE también ha basculado la tendencia por la que se daba la bienvenida a los inmigrantes al rechazo actual.

En Austria, el año pasado, tras la sorprendente victoria in extremis en las elecciones presidenciales y, en segunda ronda, del independiente Van der Bellen frente al líder de la extrema derecha Norbert Hofer, parecía haberse frenado el ascenso del populismo de extrema derecha. Sin embargo, la victoria por la mínima del joven líder conservador Sebastian Kurz ha propiciado una alianza con el partido de extrema derecha de Heinz-Christian Strache, que anuncia un cambio de rumbo en la política austríaca hasta ahora en manos socialdemócratas que, sin duda, dificultará aún más la política ya ralentizada de la UE.