Macron, obligado a despedir a su guardaespaldas de confianza

fernando iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

Benalla, en primer plano, con el presidente Macron
Benalla, en primer plano, con el presidente Macron REGIS DUVIGNAU

Alexandre Benalla fue detenido ayer por la policía gala

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Emmanuel Macron ha despedido a su ángel de la guarda, el diablo que le ha arrastrado al infierno de una grave crisis política. Alexandre Benalla, responsable de la seguridad del presidente francés, fue detenido ayer por agredir camuflado de policía a un manifestante durante una protesta el primero de mayo en París. La tardía reacción del Elíseo no ha calmado los encrespados ánimos de la oposición, desde donde se exige la dimisión del ministro del Interior, Gérard Collomb, y se intenta sumar votos para una improbable moción de censura.

La presidencia de la República justificó ayer el despido del escolta de confianza de Macron por el descubrimiento de «hechos nuevos constitutivos de una falta». Se trata de la transmisión irregular al guardaespaldas «con el fin de probar su inocencia» de imágenes captadas por una cámara callejera de la policía de París «que no estaba autorizado a poseer». La grabación fue comunicada al interesado el miércoles por la noche poco después de que la edición digital del diario Le Monde revelara el escándalo. Tres mandos policiales, incluidos dos comisarios, han sido suspendidos cautelarmente por la filtración.

Benalla, un segurata de 26 años y sangre caliente, presta declaración en comisaría en el marco de la investigación preliminar abierta el jueves por la fiscalía de París. La causa incluye los delitos de violencia en reunión por el encargado de una misión de servicio público, usurpación de funciones, uso ilegal de distintivos reservados a la autoridad pública y complicidad en desvío de imágenes procedentes de un sistema de vigilancia por vídeo. Estos cargos, castigados con penas de prisión, obedecen a la violenta agresión parapolicial del primero de mayo en el parisiense barrio latino.

Vídeos divulgados en las redes sociales muestran a Benalla pertrechado con un casco de agente antidisturbios, brazalete de policía en una cazadora negra y guantes en la turística plaza de La Contrescarpe, donde se había convocado una sentada no autorizada. En medio de una dotación de fuerzas del orden, el investigado reduce por la fuerza a una mujer y luego arrastra por el cuello a un hombre al que derriba y propina varios puñetazos y patadas. Posteriormente, insta la detención del manifestante agredido por verdaderos policías que lo esposan en el suelo.

Castigo secreto

En un principio el Elíseo había castigado en secreto al que era adjunto del jefe del gabinete de Macron a una mera suspensión de empleo y sueldo durante quince días, que cumplió entre el 4 y el 19 de mayo. Tras el estallido del escándalo, el portavoz de la presidencia aseguró el jueves que el sancionado había sido relegado a tareas administrativas en su despacho oficial. Pero las televisiones lo filmaron en la tribuna oficial del desfile militar del 14 de julio y a bordo del autobús de la selección francesa de fútbol durante el recibimiento a los campeones mundiales al día siguiente.

Además, según Le Monde, Benalla estaba domiciliado desde el 9 de julio en dependencias del Elíseo en el Quai Branly, el mismo inmueble a orillas del Sena en el que el presidente socialista François Mitterrand alojó discretamente a su amante, Anne Pingeot, y a su entonces hija secreta, Mazarine Pingeot. El guardaespaldas se había convertido en un íntimo del matrimonio Macron, al que incluso acompañaba en las pistas de esquí o en excursiones en bicicleta durante las vacaciones.