Duelo y confusión en Texas tras la brutal masacre en una escuela de Uvalde

La Voz REDACCIÓN

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Biden viajará en los próximos días a la localidad para ofrecer su apoyo a las familias de los asesinados en el tiroteo. La Asociación Nacional del Rifle mantiene su convención anual pese a las críticas

26 may 2022 . Actualizado a las 15:21 h.

La población mayoritariamente hispana de Uvalde (Texas, EE.UU.) empezó este miércoles a recibir algunas respuestas sobre la peor masacre en una escuela estadounidense en una década, aunque persisten las dudas sobre la motivación del atacante.

Mientras que algunos familiares de los 19 niños y dos maestras asesinados en el tiroteo del martes recibían terapia en un centro comunitario, las autoridades de Texas elevaron la cifra de heridos a 17 y arrojaron más luz sobre la tragedia. «Esta es una comunidad muy unida. Todo el mundo se conoce entre sí. Todo el mundo conocía a este chico (el autor del tiroteo)», dijo Laura de la Cruz, una residente de Uvalde que conocía a uno de los niños asesinados en la escuela, durante una entrevista con Efe.

La Policía local reveló este miércoles que todos los fallecidos en el tiroteo se encontraban en la misma aula de cuarto grado -para estudiantes de 9 y 10 años- en la que se atrincheró el atacante, armado con un rifle automático AR-15 que compró legalmente.

Las víctimas del tiroteo en Uvalde, Texas
Las víctimas del tiroteo en Uvalde, Texas

Antes de entrar al colegio, Salvador Ramos, de 18 años, le disparó en la cara a su abuela, con la que vivía en Uvalde y que se encuentra hospitalizada en estado grave, luego se subió al automóvil de ella y lo estrelló en los alrededores de la escuela, según las autoridades. El atacante -que murió tras el tiroteo, abatido por un agente de la Patrulla Fronteriza- escribió tres mensajes privados en la red social Facebook, reveló este miércoles en una rueda de prensa el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.

El primero decía que iba a disparar contra su abuela, el segundo indicaba que ya lo había hecho y, en el tercero, publicado un cuarto de hora antes de la masacre en el colegio, Ramos aseguró: «Voy a disparar en una escuela primaria».

Por ahora no se ha confirmado que el agresor tuviera un historial de problemas mentales y no tenía antecedentes penales, aunque Abbott subrayó que había sufrido acoso escolar y llegó a abandonar el instituto. «Tenemos un problema con la salud mental en esta comunidad», aseguró, no obstante, el gobernador.

Tensión por el control de armas

El candidato demócrata a gobernador de Texas en las elecciones legislativas de noviembre, el excongresista Beto O'Rourke, increpó a Abbott durante la rueda de prensa por poner el acento en la salud mental y no en la necesidad de un mayor control de armas. «Deberíamos estar centrados en el hecho de que alguien de 18 años pueda comprar sin problemas un arma diseñada para la guerra, para matar a soldados enemigos en el campo de batalla, y usarla contra niños de 9 años», denunció O'Rourke en declaraciones a la prensa.

El presidente estadounidense, Joe Biden, que viajará en los próximos días a Texas junto a la primera dama, Jill Biden, para ofrecer su apoyo a las familias de las víctimas, ha exigido que el Congreso vuelva a prohibir los rifles de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad, como hizo entre 1994 y 2004, pero los conservadores siguen oponiéndose a cualquier medida que limite en lo más mínimo el derecho a portar armas.

En el pleno del Senado estadounidense en Washington, el jefe de la minoría republicana, Mitch McConnell, dejó claro este miércoles que esa postura no ha cambiado, al lamentar la pérdida de vidas en la escuela sin vincularlo a las armas de fuego.

La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), el grupo de presión que más contribuye a esa obstrucción de los republicanos, confirmó este miércoles que mantiene en pie su conferencia de este fin de semana en Houston, pese a las peticiones de que se cancelara.

La inacción fue la única respuesta tangible del Congreso estadounidense al tiroteo que más se parece al registrado en Uvalde en la historia reciente del país: el que en el 2012 dejó 20 niños y 6 profesores muertos en Newtown (Connecticut). Muchos en Uvalde confían en que esta vez dure algo más la atención al problema, a pesar de que este año ha habido más tiroteos masivos en Estados Unidos que días transcurridos en el calendario, con 212 masacres, según Gun Violence Archive, una organización independiente que documenta los casos de violencia armada.

«Si la gente espera a que esto le ocurra a sus hijos, a ese momento, han esperado demasiado», recalcó De la Cruz, que se había acercado al centro comunitario de la zona para llevar comida a las familias.

La identidad de más de la mitad de los fallecidos en el tiroteo salió también a la luz este miércoles: la mayoría eran hispanos, en una ciudad de unos 16.000 habitantes, donde el 82 % de la población es latina. Entre ellos estaban las maestras Eva Mireles, de 44 años, e Irma García, que murieron tratando de proteger a los niños en la clase.

No consiguieron salvar a varios alumnos de 10 años: Xavier López, Amerie Jo Garza, José Flores, Rogelio Torres, Makenna Lee Elrod, Tess Marie Mata, Ellie García, Jayce Carmelo Luevanos, Alithia Ramírez y las primas Jackie Cazares y Annabelle Rodríguez, entre otros.