Las especias en la globalización

Susana Vázquez

LA VOZ DE LA ESCUELA

Especias en un mercado
Especias en un mercado

Las especias ayudan a proteger los alimentos de las bacterias, pero la razón de su éxito está relacionada con el paladar, que trazó el camino de los primeros expedicionarios

15 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La humanidad siempre ha tenido una auténtica debilidad por las especias. Tanto que ha llegado a crear imperios basados en ellas. Los científicos dicen que el secreto está en que ayudan a proteger la comida de las bacterias y a protegerse de intoxicaciones, pero quizás la verdadera razón está relacionada con los sentidos, y ha sido finalmente el paladar el encargado de trazar el camino a la aventura de cientos de expedicionarios, entre ellos Fernando de Magallanes.

1. UN TESORO CON BUEN OLOR

En la Edad Media las especias eran como el petróleo o el oro de hoy en día.Un pequeño saco de pimienta valía lo que el salario de un trabajador durante toda su vida. El motivo principal era que no podían cultivarse en Europa y su uso era común en las cocinas de las clases altas, no solo para potenciar el sabor de los alimentos, sino, y sobre todo, porque disfrazaban el mal olor y sabor de carnes y pescados y aumentaban el período en que se podían comer o vender, ya que no se disponía de refrigeración. A estas propiedades les añadían otras como que eran afrodisíacas o curativas e incluso que su olor tenía un poder espiritual que ahuyentaba a los malos espíritus.

Trasládate a 1519. Las personas no podían ir a la farmacia a por medicamentos cuando enfermaban. Usaban lo que tenían: en muchos casos, plantas. Algunos biólogos evolucionistas piensan que comemos especias porque nos protegen de las infecciones.

No es de extrañar que llegasen a valer su peso en oro o que entendamos la famosa norma de los puertos ingleses «No pockets and no cuffs», que prohibía a los marineros llevar ropa con bolsillos o con vueltas en el bajo de los pantalones para evitar el robo de un gramo de pimienta, debido a su alto precio.

Tal era su valor que con la venta de las especias que trajo la nao Victoria a su vuelta a España, 700 quintales y 24 libras (equivalente a 60 toneladas, de las cuales 27 eran de clavo), obtuvieron casi ocho millones de maravedíes, suficientes para pagar la expedición magallánica.

2. LAS PROTAGONISTAS

La canela, el clavo, la nuez moscada, el jengibre y, por supuesto, la pimienta y el azafrán llegaban tradicionalmente a Europa desde Oriente Medio y los árabes las vendían a los italianos, que a su vez las revendían a los europeos. Después de la batalla de Constantinopla, el Imperio turco bloqueó esta ruta y el precio de las especies se disparó, por lo que se empezaron a buscar rutas alternativas.

En las Molucas, las predominantes eran el clavo y la nuez moscada, dos especias muy codiciadas que actualmente se encuentran en las cocinas de todas las casas.

El clavo, Syzigium aromaticum, es originario de las Molucas y uno de sus componentes, el eugenol, es el que le da su olor característico. Esta especia posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. La nuez moscada, Myristica fragans, era preciada por sus propiedades antiflatulentas, pero su precio aumentó vertiginosamente cuando los médicos de Londres empezaron a afirmar que era el único remedio seguro contra la peste. Es una especia muy aromática y con propiedades digestivas.

3. LA CASA DE LA CONCTRATACIÓN

Cuando Magallanes era joven había viajado a la India en una expedición portuguesa, donde descubrió la existencia de las islas Molucas. Hechizado por la riqueza en especias de estas islas, quiso organizar una nueva ruta para hallar un paso por el sur de América que permitiese llegar a ellas. Portugal no apoyó su idea, pero sí interesó al rey Carlos I en España. Las Molucas resultaron ser un paraíso donde encontrar clavo, canela, nuez moscada y jengibre, verdaderos diamantes en tierras europeas.

Su comercialización era tan importante que, al igual que los Reyes Católicos instauraron la Casa de Contratación de Indias de Sevilla para regular, fiscalizar y controlar las mercancías provenientes de los territorios descubiertos por Colón, se hacía necesario un control del comercio de las especias que se traerían por la nueva ruta comercial descubierta por Magallanes.

En 1520, algunos nobles gallegos solicitaron al rey Carlos I que se centralizase en el puerto de A Coruña todo el comercio de especias que iba a abrirse a raíz de la expedición de Magallanes. En 1522, poco después del retorno de Elcano a Sevilla, el ya emperador Carlos concedió a la ciudad de A Coruña la licencia para la creación de la Casa de Contractación de las Especierías. La duración de esta institución fue breve, pero dio un gran impulso económico a la ciudad, ya que la convirtió en el punto desde donde canalizar todo el mercado de las especias.

La fiebre expedicionaria continúa y en 1525 parte del puerto de A Coruña una segunda expedición a las Molucas, con García Jofre de Loaisa como almirante y el propio Elcano como segundo jefe, que resultó ser un fracaso. Finalmente, en 1529 Carlos I firma un tratado en Zaragoza con una división del mundo diferente a la del Tratado de Tordesillas. Las Molucas quedan en manos portuguesas y desaparece la Casa de Contratación de A Coruña. Portugal compra los derechos españoles sobre las islas incluyendo los de propiedad, de navegación y de comercio, a cambio de una suculenta compensación económica que permitirá al emperador atender sus intereses en Europa central. El Tratado de Zaragoza representa el hecho histórico de que el monarca puso en una balanza su visión como emperador, más que como rey de España, y sacrificó las Molucas para mantener su poder global y poder atender los gastos originados en las guerras europeas del siglo XVI con Holanda e Inglaterra.

ACTIVIDADES

1. Vamos al laboratorio a investigar las propiedades antibióticas de las especias: https://cutt.ly/griTYjT

2. Tanto el clavo como la nuez moscada se utilizan habitualmente. Recoged recetas donde aparezcan y animaos a hacer una chocolatada. https://bit.ly/2TbzreC

3. Buscad información sobre el Tratado de Tordesillas y el de Zaragoza. Imaginaos que sois los asesores del emperador Carlos I. Cread dos grupos en el aula con una sección favorable al Tratado de Zaragoza y otra en contra e intentad convencer al monarca.