¿Qué nos lleva a ingresar en un hospital? Radiografía de las variaciones entre estaciones, sexo y edad

Cinthya Martínez / Belén Araújo LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Imagen de archivo de la entrada a Urgencias del CHUS.
Imagen de archivo de la entrada a Urgencias del CHUS. PACO RODRÍGUEZ

La enfermedad isquémica del corazón es la causa más frecuente de hospitalización junto con el ictus y, en ambas, la mortalidad intrahospitalaria es muy superior en las mujeres

07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En España se producen alrededor de cuatro millones de ingresos en un hospital, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2023. Las razones varían según el sexo, la edad e incluso entre comunidades autónomas. Casi 300.000 se dan en Galicia. Teniendo en cuenta ambos territorios, el principal motivo de ingreso son patologías del aparato digestivo, mientras que el segundo varía: a nivel nacional lo fueron las enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular y en territorio gallego, la patología respiratoria. En épocas como esta, los expertos ponen el foco sobre ella. «A día de hoy, lo que más nos lleva a ingresar en un hospital son las enfermedades de origen infeccioso y, según los rangos de edad, en el adulto mayor, sus descompensaciones en enfermedades crónicas. A veces, se dan por enfermedad respiratoria, pero también por insuficiencias cardíacas o infecciones urinarias que repercuten en insuficiencias renales», avanza Pavel Alexei Chisholm Sánchez, coordinador del grupo de trabajo de urgencias de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Los casos ordinarios y los urgentes

La principal diferencia entre un caso ordinario y el urgente es la rapidez de atención, si se requiere acción inmediata para prevenir daños graves o muerte. Si puede ser resuelto en un tiempo más largo, no se considera urgente. La priorización de atención se realiza mediante el sistema de triaje.

A día de hoy, la razón que está detrás del mayor número de ingresos ordinarios (no urgentes y que han pernoctado al menos una noche en el hospital) en España, tanto en hombres como en mujeres, son las neoplasias. Es decir, crecimientos anormales y descontrolados de células que pueden formar un tumor, si bien esto no sucede en todos los casos, porque existen las de tipo benigno y maligno. Le siguen las enfermedades del sistema osteomuscular, donde se incluyen trastornos como la artritis, la osteoporosis y la tendinitis; y las relacionadas con el tejido conjuntivo, como el lupus o la esclerodermia. En tercer lugar, las patologías del aparato digestivo.

Los casos urgentes sí presentan diferencias entre sexos. En las mujeres, sin especificar diferencias entre rangos de edad, el mayor foco de ingresos son a causa de complicaciones en el embarazo, el parto y puerperio. Le siguen patologías relacionadas con el sistema respiratorio; en tercer lugar, el circulatorio, y en cuarto, el digestivo. En los hombres, excluyendo las específicas de la gestación, las tres razones principales son las mismas que en ellas.

«Se tiene el concepto erróneo de que los médicos internistas solo están dentro de la hospitalización en cuanto a planta. Pero muchos internistas también hacemos guardias de urgencias. En esos casos, hacemos el ingreso y valoramos algunos pacientes dentro de la urgencia. Es un trabajo multidisciplinar y coordinado y la medicina interna es la especialidad que coordina todo el resto de estancia hospitalaria del paciente, hay relación a base de interconsultas para el manejo integral de los pacientes», explica Chisholm. La SEMI subrayaba hace unas semanas que las hospitalizaciones en esta especialidad se duplicarán para 2050, concentrándose en pacientes mayores, pluripatológicos y dependientes. El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida están modificando el perfil de las de los pacientes hospitalizados en España. 

La estacionalidad e incidencia de las enfermedades respiratorias

Las causas de las hospitalizaciones varían por diversos factores y uno de ellos es la época del año. «En los servicios de urgencia tenemos picos estacionales de una enfermedad determinada. Eso quiere decir que empieza un aumento de la incidencia de aquellas relacionadas con diferentes virus (la mayoría) y bacterias», sostiene Rosa Pérez, coordinadora de divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). 

Precisamente una publicación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) dada a conocer hace tan solo unos días analizó los datos de hospitalizaciones, ingresos en cuidados intensivos y fallecimientos en España entre octubre del 2024 y mayo del 2025, debidos a infecciones por gripe, SARS-CoV-2 y virus respiratorio sincitial (VRS). Así, se estima que ya solo la gripe produjo más de 33.000 hospitalizaciones, 1.800 en cuidados intensivos y 1.800 muertes. La sigue el VRS con cerca de 23.000 hospitalizaciones, 1.700 ingresos en intensivos y 1.000 muertes, mientras que el covid provocó 8.000 hospitalizaciones, 300 ingresos en cuidados intensivos y 500 fallecimientos. Unas estimaciones que parten de los datos del sistema de vigilancia de infección respiratoria agua (SiVIRA), que gestiona el ISCIII en colaboración con el Ministerio de Sanidad y las comunidades y ciudades autónomas. 

Los casos graves causados por estos tres virus se concentraron en los menores de 5 años y en la población por encima de 60 años, con un mayor el riesgo de hospitalización y fallecimiento conforme se incrementaba la edad. En la población infantil el virus que más afectó fue el VRS, llegando a 10 hospitalizados por cada 1.000 niños menores de un año, seguido de la gripe.

La principal medida preventiva frente a estos virus es la vacunación. En otoño del 2024 se recomendó, frente a la gripe y el SARS-CoV-2 en población mayor de 60 años, y en población infantil, frente a VRS y gripe. Este año, la protección frente al VRS se extiende en Galicia también en personas mayores. Desde hace unos días se ha puesto en marcha Sincigal, un ensayo clínico abierto a más de 900.000 gallegos mayores de sesenta años con el objetivo de probar la efectividad de Abrysvo, la vacuna contra el VRS. La Consellería de Sanidade e investigadores de la Fundación Pública Galega Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) quieren demostrar en la práctica la reducción de ingresos hospitalarios en la población gallega. 

Así, las enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio son el segundo motivo de ingreso en urgencias en Galicia y se ceban, sobre todo, con los más vulnerables. Si se tiene en cuenta el diagnóstico por edad, estas son protagonistas en los tramos de edad de 1 a 14 años y de los 90 en adelante. «En las personas mayores se suelen dar descompensaciones de pluripatologías crónicas que, en invierno, el desencadenante es un cuadro infeccioso respiratorio. Puede ser tan leve como una gripe, un covid o una bronquitis bacteriana». Además, existen pacientes con enfermedades crónicas que pueden sufrir exacerbaciones. Las personas con epoc (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) producen 1,5 ingresos anuales por cada 1.000 habitantes, con una estancia media de ocho días. 

El presidente de Semes Galicia, José Manual Fandiño, llama al uso responsable de los servicios de urgencias en las próximas semanas, ante el aumento de la gripe que ya se está notando. «Nosotros no solo atenderemos a los pacientes de esta enfermedad, sino también a las patologías tiempo dependientes como el infarto, paradas cardíacas, pacientes con politraumatismos o accidentes, entre otros», precisa.

El experto explica que si el servicio está operativo todo va a fluir de una manera adecuada en la atención, «pero si lo tenemos sobrecargado, se van a producir dilaciones en nuestros circuitos que no queremos en ningún momento», apunta. Por ello, también insta a la administración a prepararse. «Necesitamos la implementación de los planes de contingencia para que los pacientes, una vez determinado que deben ingresar, suban a sus unidades de destino lo más rápido posible», añade. 

La reina de las hospitalizaciones: la patología digestiva 

«Lo que más vemos en urgencias (que no siempre requiere hospitalización) es, sin duda, todo lo relacionado con el aparato digestivo», confirma Pérez. Aquí se engloban problemáticas de diferente gravedad: vómitos, diarreas (a veces con presencia de sangre), heces anormales, fiebre o signos de deshidratación. Al igual que dolores abdominales intensos. «El dolor como síntoma también es muy común», amplía.

Los problemas gastrointestinales más comunes son las intoxicaciones alimentarias. «Por no dejar las sobras bien refrigeradas, por consumo de carne o pescado en mal estado o que no está suficientemente cocinada, al igual que por la manipulación de los alimentos o empachos por comer excesivamente, sobre todo en estas fechas que se acercan», sostiene Pérez. Pero también las hay más graves, como la inflamación de la vesícula (por piedras u otra razón), del apéndice (más conocida como apendicitis) y hernias (inguinal o umbilical).

De esta forma, la patología digestiva es, en datos absolutos, el motivo más frecuente de hospitalización entre los hombres. En ellas, lo que más las lleva a hospitalizar son las complicaciones en el embarazo, si bien una vez transcurrida la edad fértil, se unen a ellos en los trastornos gastrointestinales. Les siguen las enfermedades del sistema respiratorio y en ellos, patologías del sistema circulatorio.

El embarazo

Esther Canedo, médico adjunto del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Materno Infantil de A Coruña, indica que el principal motivo por el que una mujer embarazada acude a urgencias es, por supuesto, el parto. «A no ser que sea programado, como una cesárea, el resto es por urgencias», indica. Aunque el resto de razones «son más raras», también se pueden dar: sufrir sangrados, contracciones o sentir que el feto no se mueve. Esas son las más frecuentes durante la gestación, en palabras de la ginecóloga. Asimismo, también pueden darse complicaciones en el puerperio.

La edad de la madre influye en que exista más o menos riesgo y, por lo tanto, en la frecuencia de urgencias por complicaciones. «Entre los 20 y 25 años vemos pocas mujeres, pero lo más seguro es que sean sanas. Hay que tener en cuenta que el primer parto en Galicia se sitúa alrededor de los 34 años. Aquellas que rondan los 40, seguramente afronten la gestación con alguna enfermedad asociada: una artritis, hipertensión, diabetes, una nefropatía, etcétera», detalla la especialista.

Las lesiones y envenenamientos

Las lesiones y envenenamientos son la cuarta causa de ingresos por casos urgentes en nuestro país. Durante el 2023, se dieron más de 300.000. Dentro de esta categoría diagnóstica se agrupan todas las lesiones y daños a la salud provocados por factores externos, ya sea de forma intencionada o no. Hay una amplia variedad de sucesos: accidentes, caídas, agresiones, intoxicaciones, quemaduras, etcétera. En personas de entre 15 a 24 años, son la segunda causa más frecuente de ingresos hospitalarios, tan solo por detrás de las complicaciones en el embarazo, parto y puerperio.

Pérez, experta en emergencias, asegura que los jóvenes acuden con mucha menos frecuencia a estos servicios, pero las intoxicaciones corresponden con uno de los motivos principales. «Sobre todo etílicas, por consumo de alcohol. Diría que es lo que más vemos en ellos, por detrás de los accidentes. Bajo mi experiencia, los vemos cada vez más pronto y esto es un problema, porque un hígado que no está desarrollado del todo no está preparado para metabolización un tóxico. Una práctica que también llevan a cabo es beber sin parar (por atracón). Tenemos que dejar de normalizar esta sustancia».

El riesgo de muerte tras infarto en las mujeres es el doble

Contrasta con el porcentaje de ingresos por esta causa, que es superior en ellos

Según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud del 2023, las enfermedades cardiovasculares son la causa más frecuente de hospitalización y suponen un 13,4 % de los ingresos en el Sistema Nacional de Salud y 10,3 ingresos al año por cada 1.000 habitantes, con una estancia media de alrededor de ocho días y una estancia media en uci en torno a cuatro. Los porcentajes de ingresos son mayores en hombres (un 57,3 %) que en mujeres (42,7 %). Entre las enfermedades cardiovasculares la enfermedad isquémica del corazón es la causa más frecuente de hospitalización, junto con las enfermedades cerebrovasculares agudas (ictus), la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y las arritmias.

Si se pone el foco sobre la mortalidad intrahospitalaria posinfarto, se calcula que se producen 6,2 por cada 100 altas por este diagnóstico, siendo casi el doble en mujeres (9,3 %) que en hombres (5 %). «No manejamos bien la enfermedad cardiovascular en las mujeres. Seguimos sin darnos cuenta de que la mujer tiene un infarto, la seguimos diagnosticando tarde, la metemos en una sala de hemodinámica para hacer un cateterismo con retraso y todos estos números están evidenciados en estudios, que al sexo femenino se le trata peor en muchas enfermedades», lamenta la responsable de divulgación de la Semes.

El panorama no mejora en el abordaje del ictus. Se diferencian dos tipos: el hemorrágico, que se producen por la rotura de alguno de los vasos del cerebro, y los isquémicos, que corresponden con el 80 % de los casos a nivel global y tienen como causa la obstrucción de una arteria. Más de la mitad de las personas ingresadas por ictus son hombres, pero al igual que sucede con el infarto, ellas mueren más por esta patología.

Muertes por ictus

La mortalidad intrahospitalaria después de sufrir un ictus isquémico supone un 10,5 % de las altas por esta causa, pero con diferencias entre sexo: un 8 % en hombres y un 13,4 % en mujeres. Pero las cifras del tipo hemorrágico son incluso más desalentadoras. Provoca un 28,3 % entre las latas por esta causa, un 25,3 % en ellos y un 32,1 % en ellas, más del doble que en el isquémico, manteniéndose estable desde el 2012.

«La perspectiva de género es un reto en las urgencias a nivel asistencial», remarca Pérez. En las mujeres, además de los síntomas comunes de infarto, como el dolor en el pecho o en la espalda, las náuseas y los sudores fríos, se suma una fatiga inusual, dolor epigástrico, en la mandíbula y malestar en la garganta. «Los de un ictus son la pérdida repentina de fuerza en una parte del cuerpo, que no puedas mover una mano o un pie y dificultades en el lenguaje», amplía la experta.