La nueva marca de mascarillas faciales para niñas de 3 años reaviva la polémica sobre la cosmética infantil
LA TRIBU
La firma ha lanzado productos pensados para utilizar «antes de ir al colegio», lo que padres y dermatólogos consideran problemático
21 nov 2025 . Actualizado a las 12:27 h.La preocupación por el cuidado de la piel ha crecido de manera espectacular en los últimos años. Rutinas de nueve pasos inspiradas en la cosmética coreana, sérums con ingredientes activos cada vez más avanzados para disminuir los signos del paso del tiempo y un sector industrial con una facturación anual de 11.200 millones de euros a nivel nacional en el 2024. No es casualidad que cada vez más celebridades e influencers busquen un hueco en este mercado: Selena Gómez, con Rare Beauty, Hailey Bieber, con Rhode y, más recientemente, Dua Lipa, que ha lanzado la línea Dua, desarrollada junto a la marca alemana Augustinus Bader Science.
Ahora, la actriz canadiense Shay Mitchell, conocida por su papel protagónico en la serie Pequeñas mentirosas (Pretty Little Liars), se une a este grupo con una propuesta polémica. Rini, su nueva marca de cosmética, está dirigida a un público infantil, con productos de belleza para niñas de 3 años. El propio nombre de la empresa significa niño en coreano.
Mascarillas de hidrogel rosas «para antes de ir a la escuela», versiones calmantes aftersun y modelos con forma de animales enriquecidos con vitamina E, todo ello vendido bajo la promesa de un producto «seguro, divertido y vegano». Con un precio que ronda los siete euros por unidad, la propuesta se presentó como una forma de compartir rutinas familiares, casi como un juego de imitación. Sin embargo, la reacción de dermatólogos, padres y pediatras ha sido inmediata y contundente. En los comentarios de la marca en Instagram, algunos usuarios llegan a compararla con «un episodio de Black mirror». No son opiniones aisladas: expertos en todo el mundo expresan preocupación por el mensaje que recibe una generación que comienza a relacionarse con la estética antes incluso de aprender a leer.
Sin embargo, la tendencia del skincare o cuidado facial, que ya se ha hecho con el mercado de las chicas jóvenes, continúa avanzando a paso firme hacia el sector infantil. El problema no es solo que se fomenten hábitos que no tienen ninguna base médica, como la idea de que una niña de cinco o diez años necesita una rutina de diez pasos. El verdadero riesgo, advierten los especialistas, es que se normalice la idea de que la piel de un menor debe corregirse, cuidarse y optimizarse. Esto puede crear inseguridades en personas muy jóvenes y vulnerables, denuncian muchos usuarios en redes sociales.
Cosmeticorexia
La existencia de productos para el cuidado de la piel de niños pequeños refleja una tendencia cada vez más citada en consultas de pediatría y psicología: la cosmeticorexia, definida como una preocupación compulsiva por el aspecto físico y la necesidad constante de modificarlo mediante productos cosméticos. Detrás de esa presión están las redes sociales y una industria que ha visto en los menores un mercado potencial de millones de euros. Las nuevas generaciones están expuestas a tutoriales, influencers y contenidos aspiracionales desde muy pequeñas.
Esta exposición aumenta el riesgo de obsesión por las rutinas de belleza, que alimenta inseguridades y expectativas irreales. Para muchos expertos, el márketing rosa y «divertido» que envuelve a estas marcas oculta una estrategia cuyo fin es trasladar al mundo infantil los códigos de un sector económico que ya mueve cifras multimillonarias en el público adolescente y adulto.
Resulta llamativo que el lanzamiento de Rini se apoye en un discurso de conexión familiar y rituales compartidos, cuando los pediatras insisten en que los niños pequeños no necesitan nada más allá de una buena limpieza y fotoprotección. La idea de convertir las rutinas de belleza en actividades lúdicas puede contribuir a que se establezca un vínculo precoz entre el bienestar y la estética, entre el cariño y la apariencia. En este sentido, el auge del skincare infantil revela mucho más sobre los adultos que sobre los niños: nuestra obsesión por la estética, nuestra vulnerabilidad al consumo y nuestra dificultad para establecer límites frente a un mundo digital que crece más rápido de lo que podemos comprender.
Cuidar la piel infantil
Como explica en este artículo la dermatóloga Lidia Maroñas, «la piel de los niños y de los bebés no es una piel adulta en miniatura, sino que tiene unas características propias». En este sentido, el uso de productos cosméticos con ingredientes activos no solo no es adecuado, sino que pueden causar reacciones alérgicas o incluso brotes de acné. La protección solar ha de ser la única prioridad en el cuidado de estas pieles tan jóvenes y frágiles. «Su sensibilidad y la inmadurez de los sistemas de defensa naturales frente a la radiación solar hacen que la fotoprotección deba ser exquisita durante toda esa etapa de la vida», indica Maroñas.
Sin embargo, las tendencias virales empujan en otra dirección. Maquillajes, contornos, exfoliantes químicos e incluso activos antiedad como el retinol se han colado en las listas de deseos de niñas y adolescentes. Para el farmacéutico Jerónimo Ors, el uso de estos ingredientes en pieles jóvenes es «totalmente inadecuado e inaceptable». Los alfahidroxiácidos, por ejemplo, pueden producir irritación severa en pieles aún inmaduras, mientras que el retinol acelera la renovación celular en una etapa donde el propio organismo ya funciona a un ritmo elevado. «Es como dar café a un niño», resume Ors. No debemos caer en el engaño de lo natural: incluso productos a base de plantas, como los aceites esenciales o mascarillas caseras de azúcar, pueden provocar irritaciones, sensibilización cutánea o dermatitis alérgicas.
«La adolescencia no es todavía una etapa para hacer tratamientos para prevenir arrugas. La mejor prevención es que no dé demasiado el sol en la cara, y eso se puede conseguir con protección física a través de gorras, o evitando tomar mucho el sol en la cara, aunque lo tomemos en el cuerpo para sintetizar vitamina D», indica la dermatóloga Cristina Ciudad.
En algunos casos, puede haber sequedad a nivel cutáneo, resultado de las condiciones ambientales. «El calentamiento global está haciendo que todos tengamos la piel un poco más seca desde el principio, entonces, hay niños que se notan la piel seca y tirante desde muy temprano. Para eso, hay cremas hidratantes muy suaves que les pueden aportar nutrición», apunta Ors.
En estos casos, lo más recomendable es acudir a un especialista que pueda diagnosticar problemas de la piel y recomendar productos acorde a las necesidades. En general, las personas jóvenes, menores de 25 años podrían beneficiarse de cremas suaves exentas de aceites, también conocidas como oil free.
El uso de maquillaje está desaconsejado en pieles infantiles y en adultos se recomienda usar la mínima cantidad posible y evitar maquillarse a diario o con una frecuencia excesiva. Estos productos pueden traer más problemas que beneficios, ya que, aunque puedan mejorar la apariencia de la piel, llegan a producir brotes de acné en muchos casos.