Una fábrica de ruedas de molino al borde del cañón del Sil

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Cerca del mirador de A Cividade, en Sober, hay vestigios de una singular cantera tradicional

26 oct 2017 . Actualizado a las 22:52 h.

En el monte de Camilo -en la parroquia de Bolmente, del municipio de Sober- se encontraba en tiempos una cantera artesanal que tenía la reputación de ser la mejor de la comarca para proporcionar ruedas de molino. El lugar, conocido como Cotarro das Rodas, quedó olvidado hasta que en el 2001 fue localizado por Alfonso Campos y Xesús Verao, miembros de la asociación cultural soberina O Colado do Vento. En aquella ocasión encontraron varias viejas muelas, algunas enteras, otras partidas y otras sin terminar de labrar.

Recientemente, Xesús Verao y su hermano Ramón hicieron una nueva inspección de la zona, ya que el segundo de ellos tenía constancia de otro lugar próximo -llamado Colado das Rodas o Colado das Moas- donde también se fabricaron ruedas de molino. Durante la visita localizaron además otro lugar, a unos doscientos metros de este último, en el que también hay vestigios de esta labor tradicional. Estos parajes se extienden a lo largo de unos trescientos metros y recibían la denominación conjunta de As Canteiras. A estos puntos se puede acceder desde el mirador de A Cividade, diseñado por la arquitecta Isabel Aguirre y construido en el 2012. Para llegar a ellos hay que tomar una pista o cortafuegos que arranca del área del aparcamiento del mirador, a mano izquierda cuando se entra en este espacio. El Cotarro das Rodas se encuentra a unos 450 metros.

Buena materia prima

En realidad, el Cotarro das Rodas está formado por dos cotarros o salientes rocosos. El Colado das Rodas se encuentra entre estos dos puntos. En este lugar apenas se pueden ver hoy ruedas de molino, ya que la maleza cubrió toda la zona. «O granito destes lugares era moi apropiado para fabricar as rodas de muíño -señala Ramón Verao- porque non é moi duro de tallar e non ten lizos, ou sexa, vetas doutros mineirais, xa que do contrario pode romper no momento da súa preparación». En el entorno del mirador de A Cividade -añade-, la piedra también es de buena calidad, pero más dura.

Las ruedas de molino se tallaban por completo en la propia cantera para que pesasen lo menos posible al llevarlas por la ribera arriba y después transportarlas hasta los molinos. Para trasladar las pesadas piedras -algunas de hasta una tonelada- se utilizaban carros de bueyes que a menudo se reforzaban con gruesas tablas para que no se partiesen los ejes. En ocasiones estas ruedas eran llevadas a la estación de Canaval para ser transportadas a la comarca de Sarria.

Otro medio de transporte

Cuando no se disponía de un carro se utilizaban las llamadas corzas, unas horcas de palo de roble en forma de y griega complementadas con varias tablas atravesadas formando una base. La parte delantera de la corza se unía a un yugo tirado por una pareja de vacas o de bueyes que arrastraban la rueda hacia su lugar de destino.

En la antigua cantera pueden verse todavía numerosas ruedas que quedaron abandonadas en diferentes fases de su fabricación. Algunas están casi terminadas, otras a medio hacer y una de ellas tiene practicado el agujero central aunque está partida. Los motivos de este abandono pueden ser varios, según apunta Xesús Verao. En algún caso quizá el cantero que la fabricaba la dejó sin acabar para ir a ocuparse de otro encargo en un lugar diferente. También es posible que la demanda de ruedas menguase a causa de la importación de piedras francesas y que ya no mereciese la pena rematarlas.

En los peñascos de los que se extraían las piedras también pueden verse perfectamente las cuñeiras, es decir, las muescas que se abrían para meter unas grandes cuñas de madera y partir las rocas. Una vez introducidas en estos huecos, las cuñas se empababan en agua para que hinchasen y facilitasen la rotura. En las piedras también quedan los agujeros que se practicaban para introducir un compás y trazar el contorno de las ruedas

Desde sober

Hay que salir de la capital del municipio por la carretera que lleva a Bolmente, Vales y el mirador de A Cividade. Este lugar se halla a diez kilómetros del punto de partida