Bodegas de Ribeira Sacra rechazan que se boicotee el Festival do Viño

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Presentación de la edición del 2017 del Festival do Viño da Ribeira Sacra en el Hostal dos Reis Católicos
Presentación de la edición del 2017 del Festival do Viño da Ribeira Sacra en el Hostal dos Reis Católicos CEDIDA

El presidente del consejo regulador convoca una reunión para aclarar lo sucedido

21 may 2019 . Actualizado a las 19:01 h.

Bajan las aguas un tanto revueltas para el sector del vino en la Ribeira Sacra. El posicionamiento del consejo regulador frente al alcalde de Monforte ha despertado división de opiniones. Algunos bodegueros aplauden al presidente de la denominación de origen, José Manuel Rodríguez, por haber puesto los puntos sobre las íes en lo relativo a la financiación del Festival do Viño. Otros, por el contrario, creen que no estuvo afortunado al abrir en plena campaña electoral un pulso que podría interpretarse en clave política. Y le han pedido explicaciones. Las ofrecerá esta misma semana en una reunión con los bodegueros.

«A nosa campaña é vender viño, non temos outra», aclara el presidente de la denominación de origen. Quiso dejarlo claro en la rueda de prensa que ofreció el pasado sábado para explicar los motivos por los que no organizarán este año el Festival do Viño da Ribeira Sacra. José Manuel Rodríguez salió a la palestra después de que el alcalde enviase una carta a los bodegueros en la que les informó de esa negativa y de la disposición municipal para organizar en solitario la muestra vitícola.

«O alcalde de Monforte dirixiuse aos adegueiros sen ter falado nada co consello regulador e mentindo sobre a situación e o noso traballo», se queja José Manuel Rodríguez. El presidente del consejo regulador acusa a Tomé de tratar de colgarse las medallas sin implicarse en la financiación del festival. Los bodegueros críticos con su última comparecencia no cuestionan la versión que ofreció, pero sí la oportunidad de haber entrado en un pulso que podría afectar a la continuidad de la muestra conjunta de Ribeira Sacra solo dos años después de su recuperación.

«O importante é manter a feira, por riba das diferenzas persoais. Se o Concello [de Monforte] está disposto a pagala, quen queira que vaia e punto», señala uno de los bodegueros consultados por este diario. El alcalde no ha movido ficha desde el envío de las cartas en las que pone fecha para una tercera edición del Festival do Viño da Ribeira Sacra. Si las bodegas responden será entre los días 5 y 7 de julio, de nuevo en el paseo del Malecón y con un formato similar al de las pasadas ediciones.

Las Mary Poppins, empresa que ha realizado diversos eventos para el Ayuntamiento, ya se ha dirigido a algunas bodegas como responsable de la organización del tercer Festival do Viño da Ribeira Sacra.

Veinticuatro años después de la primera muestra, sigue el debate sobre su formato

Una circular interna del consejo regulador informa a los bodegueros de la celebración de una reunión, el próximo jueves, para tratar aspectos relacionados con las iniciativas promocionales que se llevan a cabo este año. El encuentro tendrá lugar a última hora de la tarde del jueves en el Centro do Viño y de lo que se hablará realmente es de los motivos por los que la denominación de origen se desvincula este año de la organización del Festival do Viño da Ribeira Sacra.

Al consejo regulador lo costó en su momento afianzar un modelo estable de feria conjunta. Cuando arrancó en el año 1995, no se entendía como ahora el papel de sector del vino en la promoción del turismo en la Ribeira Sacra y en Monforte en particular. Después de un paréntesis de quince años en los que no llegó a celebrarse, Ayuntamiento y denominación de origen parecían haber llegado en el 2017 a cierto consenso para reflotar la muestra vitícola.

Las dos últimas ediciones contaron con la participación de veinticuatro bodegas. No todas comparten, tras esta experiencia, un mismo enfoque sobre el formato que debe tener el Festival do Viño. La mayoría anteponen la promoción frente a la venta directa de vino que prima en las pequeñas ferias de la denominación de origen. Pero también hay quien aboga por un formato «más popular» que redunde en el número de visitantes.

La venta de tiques en las dos últimas ediciones se movió algo por encima de los 3.000 euros, lo que arroja en el mejor de los casos una media de en torno a 150 euros por bodega.