«Sería recomendable recuperar las alvarizas para defender las colmenas»

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

Un perro mastín
Un perro mastín CEDIDA

López-Bao dará en la estación científica de Seoane una charla sobre la convivencia entre humanos y grandes carnívoros

20 ago 2019 . Actualizado a las 20:34 h.

Natural de San Clodio -Ribas de Sil-, el biólogo José Vicente López-Bao trabaja como investigador en la Universidad de Oviedo -dentro del programa Ramón y Cajal-, centrado en la conservación de poblaciones de grandes vertebrados, como los grandes carnívoros, y colabora con la Fundación Oso Pardo en la conservación del oso pardo en España. El 4 de septiembre dará en la estación científica de Seoane do Courel -a las 10.30 horas- una charla sobre la convivencia y los conflictos entre los grandes carnívoros y los humanos. La conferencia forma parte de un seminario centrado en la conservación del oso pardo de O Courel.

-Los ataques a colmenas son el principal problema causado por la expansión del oso pardo en O Courel. ¿Es suficiente protegerlas con pastores eléctricos?

-En un territorio como O Courel y alrededores, donde el oso pardo llevaba varias décadas ausente y ha vuelto a recolonizar el territorio, si la apicultura es una actividad de la zona y las colmenas no están protegidas es esperable que los osos hagan daños a las colmenas. Los pastores eléctricos, siempre y cuando estén bien instalados y bien mantenidos, pueden reducir consideramente el riesgo de daños a los colmenares, aunque el riesgo nunca es cero. Por ejemplo, puede producirse algún fallo técnico en el sistema elécticro, por lo que si anda cerca un oso, se podría producir un daño. Por eso es importante prestar mucha atención al mantenimiento de la efectividad del método de protección que se decida usar. Hay que tener en cuenta que no basta con instalar los pastores eléctricos, porque para que estos dispositivos resulten útiles hay que seguir unas normas adecuadas de uso y realizar unas tareas de mantenimiento. Si se instala un pastor eléctrico y después uno se despreocupa de mantenerlo, corre el riesgo de sufrir algún daño y se puede generar la sensación errónea de que el sistema no es útil. En los lugares donde se emplean de manera apropiada, los daños a los colmenares se reducen de una forma muy notable. Pero aunque los pastores eléctricos pueden ser muy efectivos, pienso que en un territorio como O Courel, donde se han utilizado de forma tradicional alvarizas con un enorme valor etnográfico, a la hora de proteger las colmenas, sería también recomendable recuperar y fomentar el uso de estas antiguas alvarizas o alvares. Esto quizás también requiera adaptar el sistema a las necesidades actuales, por otro lado.

-¿Hasta qué punto resulta efectivo este sistema tradicional?

-Estructuralmente, las alvarizas están muy bien pensadas para cumplir esta función de protección de las colmenas y gran parte de su diseño puede seguir siendo útil en la actualidad. La sierra de O Courel es probablemente una de las zonas donde se registra una mayor densidad de estas construcciones, por lo que también tienen mucho interés desde el punto de vista histórico y etnográfico, y de cara al turismo.

-¿Qué obstáculos puede haber para recuperar su uso?

-El problema es que una gran parte de ellas están ahora en mal estado de conservación e incluso en ruina, y la mayor parte de ellas probablemente no serían funcionales a la hora de proteger las colmenas de los osos. Sería aconsejable recuperar y fomentar su uso -que es precisamente uno de los objetivos del proyecto Life- y habría que ver cuántas se pueden recuperar hoy de una manera óptima para su utilización como defensa de los colmenares. Y la aceptabilidad de los apicultores a volver a utilizarlas, claro.

«Es importante proteger bien los rebaños»

López-Bao considera de especial importancia que se difunda información veraz sobre lo que significa convivir con los osos

-¿Con la expansión del oso en la montaña lucense se pueden producir ataques al ganado?

-Actualmente estimamos que en la cordillera Cantábrica la población de oso pardo puede rondar los 350 ejemplares y en las montañas orientales de Lugo pueden considerarse ya áreas de presencia estable de la especie, sobre todo debido a la presencia de machos subadultos, porque el proceso de expansión de las hembras es más lento. Aun así, el número de ataques al ganado -sin contar la apicultura- es muy pequeño. Aunque el riesgo nunca se puede descartar por completo, es importante proteger adecuadamente los rebaños, por ejemplo mediante el uso de perros mastines, lo cual será beneficioso no sólo para reducir riesgos asociados a la presencia del oso, sino también del lobo.

-¿Y hay riesgo de encuentros problemáticos con humanos?

-Hablar de ataques de osos a personas es más bien una cuestión semántica, porque hay que precisar bien qué se entiende por un ataque. El número de estos encuentros es España es muy bajo. Entre 1989 y 2018 recopilamos siete incidentes de este tipo y después de estudiar caso por caso llegamos a la conclusión de que la mayoría de las veces son reacciones defensivas del oso tras un encuentro repentino con humanos a cortas distancias. Por eso es importante informar adecuadamente sobre cómo comportarse en áreas de presencia de oso. La mayoría de las veces el oso se alejará antes de que podamos advertir su presencia.