«Ahora pide ayuda gente a la que le da vergüenza, porque nunca lo había hecho»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Guadalupe Rodríguez trabaja como educadora social en la Cruz Roja de Monforte
Guadalupe Rodríguez trabaja como educadora social en la Cruz Roja de Monforte CARLOS CORTÉS

La Cruz Roja reparte este año alimentos a 600 personas en la comarca de Lemos

15 abr 2021 . Actualizado a las 13:40 h.

Guadalupe Rodríguez Serrano es la educadora social de la Cruz Roja en Monforte. Desde su puesto, se ocupa de coordinar el reparto del material del programa FEAD de ayuda alimentaria a las personas más desfavorecidas, el reparto de los excedentes de alimentos que organiza todos los años la Unión Europea. Lleva diez años trabajando para la Cruz Roja y en los últimos nueve ha participado en el reparto de alimentos a familias con pocos recursos de la comarca de Monforte y eso le da perspectiva para ver cómo ha cambiado el perfil de los usuarios.

-¿Cual es la procedencia del material que se reparte?

-El 85% es del fondo de ayuda europea y el otro 15% se completa con aportaciones españolas.

-¿Como se organiza un reparto así?

-Necesitamos tener un censo de beneficiarios con un mes y medio de antelación. Una vez tenemos ese dato hacemos el pedido. Cuando recibimos el material, lo partimos en lotes según el tipo de alimento. Y después lo dividimos entre el número de usuarios y familias, en función del tamaño de cada grupo de receptores. Si hay solicitudes de última hora tratamos de atenderlas con las bajas inesperadas que también suele haber.

-¿La elaboración del censo es cosa de la Cruz Roja?

-Sí. La gente que lo necesita acude a nosotros, que les pedimos documentación y valoramos los casos. Tenemos en cuenta los ingresos que tienen, las dificultades concretas a las que se enfrentan... hay unos baremos por los que nos guiamos.

-¿Puede haber más demanda que alimentos disponibles?

-Siempre pasa. Al tener que mandar la lista de demandantes con antelación, ocurre que después del envío nos llegan familias con problemas que también los necesitan. Siempre llega un momento en el que hay que hacer lista de espera. Ese problema suele solventarse porque hay familias que lo necesitan cuando se apuntan, pero cuando llegan los alimentos ya no les hace falta; o con bajas de familias que en el momento de concretar la entrega resulta que están ilocalizables. Nos damos un margen de quince días haciendo una llamada diaria para dar de baja a quien no contesta.

-¿Usted lleva nueve años participando en este reparto. ¿En este tiempo ha cambiado el perfil de quienes reciben esta ayuda?

-El perfil varía con el tiempo, sí. La crisis provocada por el covid-19 hace que se sumen a la lista familias que antes tenían más estabilidad económica y ahora se están viendo en apuros. Y notamos que ahora el porcentaje de los demandantes con raíces aquí, que no son inmigrantes, es más alto que antes. Siempre ha habido familias que no vienen de fuera entre los beneficiarios de estas ayudas, pero ahora son más que antes por los ERTES, el paro.... Es gente a la que incluso le da vergüenza recurrir a esto, porque nunca lo había hecho. Además, la cantidad de familias con niños que tenemos este año con respecto al número de usuarios que viven solos es mayor este año. La necesidad apremia más si hay niños. Una o dos personas solas pueden ir tirando, pero con niños se ven antes en la necesidad de pedir ayuda,

-¿Eso hace subir el censo total de beneficiarios de este reparto?

-La cifra total oscila, pero no demasiado. Los alimentos de este año los van a recibir aproximadamente 600 personas, distribuidas en 200 unidades familiares, un concepto que también incluye a gente que vive sola. Este es de los años que más gente tenemos apuntada.

-¿No es el que más?

-No. Oscilamos entre 200 y 220 familias. Ese es el margen habitual, de veinte familias arriba o abajo. Vamos variando. Lo mismo que hay familias que entran, también las hay que salen del programa porque dejan de tener la necesidad.

-Los que llegan a causa de la crisis económica provocada por el coronavirus piensan que sus problemas van a durar o que se trata de algo temporal?

-Tenemos de todo. Entre ellos hay gente convencida de que se trata de una situación puntual y que esperan volver a trabajar o a la situación que tenían antes, pero también hay quien ha tirado la toalla.

-¿El programa tiene margen para mejorar?

-Hay que tener claro que esto es un remedio puntual, que atiende carencias concretas. Es algo necesario, pero no soluciona el problema de fondo, que es el de la pobreza. Y en cuanto al programa en concreto, solo se reparten alimentos no perecederos y lo ideal sería poder entregar también carne o pescado. Pero claro, para eso harían falta unos medios y una infraestructura de reparto que no hay.