A las viñas de la Ribeira Sacra todavía les queda otoño

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Guía para no perderse las mejores vistas de los bancales cubiertos con toda la gama de ocres

08 dic 2021 . Actualizado a las 13:01 h.

El otoño ya ha consumido dos de sus tres meses, pero la explosión de colores en las viñas todavía no se ha terminado. Quien quiera disfrutarlo todavía está a tiempo, pero debe darse prisa. Este fin de semana todavía es posible, probablemente también lo sea el siguiente, pero mucho más allá ya van a quedar pocas vides con hojas. Las previsiones meteorológicas auguran tiempo desapacible, pero con lluvias solo intermitentes. Con chubasquero o paraguas, la visita será perfectamente posible.

La Ribeira Sacra es amplia y diversa, así que el espectáculo del otoño en sus viñas se puede apreciar en distintos lugares. Hay muchas posibilidades, pero lo que sigue es un resumen de cuatro rutas cómodas, dos en el Sil y dos en el Miño, que se puede hacer a pie, pero también en coche con paradas puntuales.

En el Miño

San Fiz (Chantada). El punto de partida es la explanada en la que se encuentra la bodega Amedo. Está justo al lado del corredor Monforte-Lalín (CG-2.1) y se llega fácilmente mediante un desvío a la izquierda en sentido Monforte (a la derecha si se circula hacia Chantada). A 4,7 kilómetros de Chantada y 24,8 de Monforte, de esa explanada sale una pista que recorre esta parte de las viñas de San Fiz. El camino empieza en cuesta arriba y discurre prácticamente en paralelo al corredor, pero entre viñas. Se puede hacer en coche, aunque hay que extremar el cuidado, porque es estrecho y sinuoso. Lo más recomendable es dejar el coche en un espacio amplio que hay al final de la primera cuesta desde la explanada. Esta zona se vio afectada el pasado mes de junio por una tormenta de granizo que destrozó numerosas viñas. Sus efectos se aprecian fácilmente, porque una parte de las vides están prácticamente sin hojas.

San Fiz y A Cova (Chantada y O Saviñao). El punto de partida para este recorrido está muy cerca del anterior. Se llega también mediante el corredor CG-2.1, pero en este caso hay que desviarse en la denominada curva del ciprés. Para quienes circulen dirección Chantada está a medio camino entre el puente con el que el corredor cruza el Miño y el desvío hacia bodegas Amedo. La referencia es el ciprés que le da nombre a la curva. A su altura, es preciso salir de la carretera hacia abajo, en la única dirección posible. La bajada hasta el viejo puente con el que la antigua carretera entre Chantada y Monforte cruzaba el Miño atraviesa un espectacular paisaje de viñedos. Una vez cruzado el puente, es preciso girar a la derecha para seguir hacia el pueblo de Belesar, cruzarlo y seguir en dirección a la playa de A Cova. Hay viñas en las dos orillas. Una vez en la playa fluvial, todavía queda subir en dirección a Escairón y disfrutar de las vistas del meandro de Cabo do Mundo.

En el Sil

Entre Doade y Amandi (Sober). La bajada hacia el Sil por la carretera de Monforte a Castro Caldelas (la LU-903) regala paisajes espectaculares sin necesidad de bajarse del coche, pero hay lugares en los que es recomendable parar. Un buen punto de partida puede ser el mirador de Soutochao, a dos kilómetros del pueblo de Doade en dirección al río Sil. Nada más salirse de la carretera en el desvío hacia el mirador se puede tomar un camino asfaltado que sale a la derecha. Es una antigua pista de servicio para viñas que ahora es practicable en coche y que recorre 4,7 kilómetros por una zona de bancales prácticamente verticales al borde del cañón del Sil.

Las bodegas de Vilachá (A Pobra do Brollón). Un buen punto de partida para esa ruta son las viejas bodegas de Vilachá de Salvadur, la parroquia del municipio de A Pobra do Brollón que es escenario de una de las ferias anuales del vino que se celebran todos los años en la Ribeira Sacra. El recorrido más corto desde Monforte lleva 13,7 kilómetros y se hace por la carretera local LU-V-6013. Desde las bodegas se puede seguir a pie o en coche hacia el río Sil por el camino que conduce al conjunto de viñas de Val do Frade. El recorrido es de poco menos de dos kilómetros.