La Ribeira Sacra ensaya fórmulas con vistas al cobro de la tasa turística

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Turistas en el interior de la iglesia de románica de San Miguel de Eiré, en Pantón
Turistas en el interior de la iglesia de románica de San Miguel de Eiré, en Pantón ROI FERNANDEZ

Parada de Sil gestiona el bus lanzadera e ingresa un euro por viajero en la iglesia de Santa Cristina

08 sep 2023 . Actualizado a las 16:03 h.

No existe unanimidad entre agentes económicos y responsables políticos al valorar la propuesta del BNG de Pantón para que el consorcio de la Ribeira Sacra ponga en práctica una tasa turística. Pero todas las voces consultadas coinciden en que, antes o después, es un debate que se deberá abordar en este territorio. Para los que dicen que es pronto, habría que mejorar servicios y definir primero con claridad el modelo turístico por el que se apuesta. Los partidarios de no demorarse ven en el aumento de visitantes de este verano una razón para empezar a pensar en medidas. Cobrar en los lugares en los que cabría hablar de «masificación» es una de las opciones que salen a relucir.

Esta última posibilidad la pone sobre la mesa el alcalde de O Saviñao, Carlos Armesto, que estuvo al frente del consorcio de turismo antes del actual presidente. Según su criterio, un primer paso podría ser debatir en esta asociación el cobro de alguna tasa «nos lugares icónicos máis visitados». Existen al menos seis destinos que, a su juicio, merecen esa consideración. Entre ellos, la playa de A Cova y las iglesias de Santa Cristina y Santo Estevo. El cobro que plantea sería más bien de carácter disuasorio y con el fin de «evitar a mala imaxe que da a masificación de xente e certos puntos».

El alcalde de O Saviñao cree que habrá que abordar llegado el momento otro tipo de tasa turística, pero entiende que la Ribeira Sacra no está todavía «nesa fase». «A Ribeira Sacra está en crecemento e hai que desenvolver e promocionar os seus recursos para consolidala como un destino atractivo», apunta. La regulación que pide ese auge y que algún día será necesario encarar no encajaría con «iniciativas illadas» como la moción presentada en Pantón. «Hai que deixar o politiqueo e tratar as cousas con rigor. Se iso é o que defende o BNG, ten o seu representante no consorcio», dice Armesto, en referencia al alcalde de A Pobra do Brollón, José Luis Maceda.

La moción que suscribe la concejala de Pantón Rosana Prieto aboga por implantar una tasa turística por cada visitante que pase por el municipio o haga noche en él. El cobro sería de aplicación en cada uno de los 26 concellos que integran el consorcio y los ingresos se destinarían a la creación y mantenimiento de servicios e infraestructuras. La iniciativa deja en el aire el importe y la forma de recaudarla. Para el alcalde de Sober y presidente del consorcio de turismo, Luis Fernández Guitián, ahora que esa medida está sobre la mesa en diferentes puntos de España «o razoable é ver antes como se aplica noutros lugares».

Guitián admite que la creación de la tasa turística salió a relucir en alguna de las reuniones del plan de sostenibilidad. En el consorcio de la Ribeira Sacra, según detalla, ya hay alguna iniciativa que va en esa misma dirección. Los buses lanzadera gratuitos cuyo uso se generalizó este año para trasladar visitantes a los principales destinos pasaron a ser de pago en Parada de Sil, donde se puso en práctica por vez primera esa fórmula hace cuatro años. El Ayuntamiento se hizo cargo de ese servicio y cobra un euro a cada viajero que se desplaza a la iglesia de Santa Cristina. «A Ribeira Sacra non é Santiago. O primeiro é saber que queremos coa taxa turística e como aplicala. Se vai ser a través dos aloxamentos, habería que falar antes con eles», señala.

El bus lanzadera de Ponte do Sil, a su salida de la Compañía, en Monforte
El bus lanzadera de Ponte do Sil, a su salida de la Compañía, en Monforte FRANCISCO ALBO

Un «refuxio climático» sin medios para limpiar las rutas de senderismo

«Cada vez vén máis xente e as esixencias son maiores. Nin todo vale nin todo pode ser sen custes», apunta al otro lado del teléfono Francisco Almuiña. El propietario de la casa de turismo rural de Taboada Casa Romualdo aguarda el avión en el que volará a Madrid para participar en la presentación del Outono Gastronómico como presidente de la asociación del sector. Ribeira Sacra se convirtió este verano, según su definición, en una especie de «refuxio climático» que disparó el número de visitas. En este contexto, entiende que es necesario debatir —«sen presa pero sen pausa»— si se busca «mogollón o un turismo máis calmo».

«Falando coa xente que nos visita, penso que a maioría non estaría en contra de pagar unha pequena taxa para que os concellos poidan manter os seus recursos. Para limpar as rutas de sendeirismo fai falta unha cuadrilla, hai que tomar conciencia de que as cousas custan», sostiene Almuiña. Pero avisa, al mismo tiempo, de que mal se iría si ese dinero se destina solo a «poñer as cousas bonitas para o turismo». «Temos que pensar —añade— na comunidade que acolle a eses turistas, que foi a que mantivo a paisaxe e o patrimonio do que gozan».

Por delante, en todo

La delegada de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostalería de Lugo, Beatriz Vila, también contesta a la llamada desde fuera de Monforte. Sigue un año más las etapas ciclistas de La Vuelta con la iniciativa promocional E para comer, Lugo. Consultada sobre la viabilidad de una tasa turística, defiende que hace falta «mejorar en calidad para poder cobrar». «Creo que es algo que se debe abordar a medio plazo. Estamos de moda, pero eso dura lo que dura y no hay que dar pasos en falso. Otros destinos donde existe esta tasa van por delante en todo», argumenta.

El sector del turismo en la Ribeira Sacra está en deuda con el vino. Como empresario, Fernando González juega en ambas ligas con la diversificación de la oferta por la que apostó en Adega Algueira. «Antes de cobrar, hay que dar un nivel de servicios. Tenemos una invasión de gente, ya no es solo un mes al año. Ahora debemos enfocar bien hacia donde queremos ir con el turismo, porque en muchos aspectos esto es un caos», reflexiona el bodeguero de Doade.

El dueño del hotel Cardenal: «Ojo con lo que se hace, que esto no es jauja»

Santiago trasladó el pasado mes de agosto a la Xunta la propuesta sobre la tasa turística que quiere poner en marcha, pionera en Galicia. El abanico de precios va de 0,5 euros por estancia y persona hasta un máximo de 2,5 euros, según el tipo de alojamiento. A partir del sexto día deja de cobrarse, sea cual sea la estancia. José Antonio Vázquez Reñones, propietario en Monforte del Hotel Cardenal, discrepa abiertamente de la conveniencia de emular esta tasa en la Ribeira Sacra. «Ojo con lo que se hace, que esto no es jauja. Desde la pandemia, aún no levantamos cabeza. Los costes de explotación cada vez son más altos y los márgenes más ajustados», afirma el empresario.