Un hombre de casi 90 años sobrevive a una caída a un pozo de seis metros de profundidad

La Voz

RIBAS DE SIL

CARLOS CORTÉS

Trabajaba en una vña en San Clodio cuando sufró un traspiés y se precipitó al fondo del pozo. Lo sacaron sus vecinos con una escalera y cuerdas

24 feb 2018 . Actualizado a las 08:39 h.

Un hombre de cerca de 90 años sobrevivió ayer en San Clodio a una caída accidental a un pozo de seis metros de profundidad. La víctima fue trasladada a un hospital con heridas en la cabeza, pero no parece que su estado revista gravedad. El hombre es vecino del vecino municipio de San Xoán de Río.

El suceso se produjo pasadas las tres y media de la tarde en una finca plantada con cepas de la Rúa da Veiga. Odilo P. Á., de 87 años, recogía leña en ese terreno con un tractor con remolque. Al parecer, en medio de una maniobra con el vehículo le molestó un tejadillo metálico curvo colocado para señalizar y al mismo tiempo proteger un pozo sin tapa excavado en el suelo de la finca. El hombre se bajó para mover esa pieza metálica y en un traspiés se cayó al pozo.

«Salvouno que caeu de pé», decía ayer una de las vecinas que acudieron a ayudar a la víctima. Un yerno del accidentado se encontraba en el misma finca trabajando con él. Enseguida se dio cuenta de lo que había pasado. «Sentín o ruído do golpe», decía con el susto aún en el cuerpo poco después, cuando su suegro todavía estaba recbiendo los primeros auxilios en la ambulancia del 061 que acudió a socorrerlo.

El yerno fue quien primero pidió ayuda a los vecinos que viven en las casas próximas, que se movilizaron al instante para tratar de sacar al octogenario del pozo. Un matrimonio acudió al lugar con una escalera metálica de grandes dimensiones, otros trajeron cuerdas y uno más avisaba por teléfono al servicio de emergencias 112, que a su vez alertó a la agrupación local de Protección Civil de Ribas de Sil, los bomberos de Monforte y al 061, que envió al lugar una ambulancia desde Quiroga con sanitarios y un médico.

Fueron los propios vecinos los que sacaron al accidentado del poco. El hombre no llegó a hundirse, porque el agua que tenía el pozo ayer no cubria mucho más que un metro. De pie, con un par de heridas abiertas en la cabeza a causa de los golpes que se dio al caer y con el agua por la cintura, el hombre esperó a que sus vecinos bajasen la escalera y subió a la superficie.