«Los gitanos no queremos regresar al Carqueixo»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

SUSO VARELA

La Asociación de Promoción e Integración fomenta la rehabilitación de pisos para integrarlos en la ciudad

24 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todos los que hemos vivido en el Carqueixo llevamos una astillita pequeña clavada en el corazón». Quien así habla es María del Carmen, 56 años, diez hijos a los 26 años y ahora con medio centenar de nietos. Conoce toda la historia del barrio chabolista pero también la otra cara, la de integrarse en la ciudad desde 1989, en una vivienda social, en Camiño da Roca, de la que orgullosamente en la Navidad del 2019 será propietaria tras pagar la hipoteca. Ahora, su nueva tarea es la de cuidar de tres sobrinos en un piso que necesitaba diversas mejoras.

El encargado de su reforma, así como la de otras siete viviendas rehabilitadas este año, fue un albañil, Manuel Novo, contratado cinco meses gracias a los fondos que aportaron Concello y Diputación. Ayer, las familias que se beneficiaron de este programa que gestiona la Asociación de Promoción e Integración Xitana explicaron en primera persona la satisfacción que supone poder formarse y además arreglar las viviendas que han conseguido, ya sea en alquiler o en propiedad. Algunas de estas familias hace menos de un año aún estaban en el poblado chabolista de O Carqueixo y ahora pueden disfrutar de una vivienda digna. Si se les pregunta a los asistentes si les gustaría regresar al poblado la respuesta es claramente no.

El programa pretende -además de erradicar el chabolismo y mejorar las condiciones de vida de los gitanos- que las rehabilitaciones de viviendas sirvan de estímulo: «Cuando buscas el material, ayudas a colocarlo y ves tu casa bonita, está claro que la vas a cuidar», explica Silvia Montoya, que pertenece a las nuevas generaciones de gitanos.

Manuel Vila: «¡A ver se antes de que morra podo ver o Carqueixo xa pechado!»

Manuel Vila es el alma de la Asociación de Promoción e Integración Xitana y para los beneficiarios de sus programas «es el rey de los gitanos». En la reunión de ayer con las familias y con la diputada de Benestar e Igualdade, Sonsoles López, y la edila de Benestar Social, Ana Abelleira, Vila se mostraba satisfecho con los logros que se han ido consiguiendo desde que en 1983 comenzaron a irse del poblado de O Carqueixo los primeros gitanos para integrarse en pisos de la ciudad.

Las dificultades para conseguir cada paso en este largo camino solo las saben los que las vivieron, pero también los logros son evidentes. «E que non só se trata dun cambio físico de vivenda, senón unha forma de vestir, de comportarse, de socializarse, de mellorar a saúde, e que as novas xeracións de xitanos xa o perciben».

Aun así continúan los miedos y las reticencias. María del Carmen recuerda que hay habitantes de O Carqueixo que tienen miedo a abandonar el poblado: «¿Y si se van y pierden la Risga, con qué van a pagar el alquiler o una hipoteca?». Todos sabemos que no vivimos en un mundo idílico, y menos con al menos los restos de una crisis económica que ha sido demoledora para la sociedad, pero tanto Ana Abelleira como Sonsoles López les animaron a romper ese miedo. «Non pode ser que digades que como son xitano, téñenme que dar unha vivenda. Vós mesmos tedes que loitar para eliminar esas etiquetas e que desapareza o estigma de que só destrozades as casas», explicó Sonsoles López. Por su parte, Abelleira recordó que se debe luchar para que todos, gitanos y payos, tengan los mismos derechos: «Hai moitas familias que non son xitanas e tamén o pasan mal, por iso vós e polas xeracións futuras debedes loitar, formarvos, traballar, sen desesperación».

En estos momentos, en el poblado chabolista, según explicó Vila, aún hoy viven 41 personas en ocho chabolas. Son los más reticentes a marcharse, los casos más complejos para integrar, pero Vila, optimista y soñador, lo deja claro: «¡A ver se antes de que morra vexo O Carqueixo xa pechado!».

Diputación y Concello aportan 20.000 euros

Durante el 2017, Concello y Diputación aportaron 20.000 euros que ayudaron al colectivo a mantener un local para poder orientar a las 250 familias lucenses de etnia gitana. Las trabajadoras del colectivo Tamara Caloto y Ana López asesoran a las familias y les ayudas con diferentes trámites. La reforma de los siete pisos de este año beneficiaron a 50 vecinos. Manuel Vila lamentó que se suprimiesen las ayudas para la compra de viviendas, y que mientras las hubo, 30 familias gitanas pudieron comprar pisos con hipotecas: «Foron máis honestos que algúns directivos dos bancos».