«En una boda la gente quiere comer bien; el precio es secundario»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

Hace 25 años que se abrió el Restaurante Montero en Vilalba, y el dueño, Manuel Montero, admite que los gustos han cambiado

22 ene 2018 . Actualizado a las 20:05 h.

Manuel Montero ha vivido la hostelería desde pequeño, pues era el sector al que se dedicaban sus padres, de quienes, dice, lo aprendió todo: «Lo primero, ser persona, que es lo importante: ser una persona honesta lo es. Y luego, la presentación del producto», dice. Para él, explica, no hay duda de la clave del negocio, ahora o 25 años atrás: «La seriedad y la calidad son lo más importante»,

-Cuando se encarga un banquete de boda, ¿se sabe realmente lo que se quiere?

-Muchas veces, no. Unos vienen y preguntan; otros no saben cómo se hacen las cosas. El menú puede ser uno u otro, pero a la gente hay que aconsejarla. Lo básico es la idea que les trasladas a los clientes: si les das buena información, se van contentos.

-¿Es cierto que en las bodas de Galicia se come bien?

-A los gallegos les gusta comer bien, con abundancia. La gente quiere comer bien; el precio es secundario. El precio, de todos modos, va en función del producto; pero se quiere que sea algo abundante, que esté bien preparado y que sea de calidad.

-¿Cambian los gustos de los comensales con los años?

-Hay que adaptarse. Hace diez años, las modas eran de una manera; hace 25, de otra. Los restaurantes tienen que buscar una forma de actuar dando lo que el cliente quiere; pero también, al mismo tiempo, hay que dar calidad.

-¿Es la comida lo más importante en una boda?

-Se le da importancia a todo: a la comida, a la buena decoración... A veces parece que hoy la comida está en un segundo plano cuando antes estaba en el primero. Un photocall o una buena barra libre tienen su prestigio, pero a la comida hay que dárselo también.

-¿Cambian los gustos de unas zonas a otras a la hora de decidir lo que se va a comer?

-Cada zona tiene sus gustos: no es igual una boda de A Fonsagrada que una de Burela. La gente de A Mariña tira al marisco; los de otras comarcas, quizá. En una boda de Burela te piden marisco seguro; en una de a Fonsagrada, tal vez.

-Voy a encargar un menú de boda. ¿Qué me sugiere?

-[Se ríe] Eso va en función de la gente. Un menú puede empezar a base de cigalas, bogavante, centollo... Eso puede variar. Luego, un rape, un rodaballo, una lubina, un bacalao, una dorada... Aquí, además, la preparación la escoge el cliente. En carne, un solomillo, un redondo, una carne en rollo... Es muy difícil.

-¿Se liga en las bodas?

-[Se ríe] Claro que se liga. También se va a un pub o a una discoteca y se liga. Alguna vez me ha pasado que gente que se conoció en una boda siguió viéndose y después de un año o así vino aquí a encargar su boda.

-El restaurante ha ganado premios por las bodas y por los banquetes en general. ¿No le molesta que se hable menos del resto?

-Los premios son la consecuencia del trabajo, del servicio, del saber hacer... Pero el mejor premio que se puede tener, y lo digo de corazón, es el de los clientes.

«Cada zona tiene sus gustos: no es igual una boda de A Fonsagrada que una de Burela»