La historia es la protagonista en una renovada exposición de orfebrería

maría m. guntín / X.M.P. LUGO / LA VOZ

LUGO

Una muestra del Museo alberga 56 piezas, entre las que se encuentran collares, brazaletes, torques, pendientes, pulseras y anillos

06 ago 2018 . Actualizado a las 21:56 h.

Una renovada sala de orfebrería en la primera planta del Museo Provincial de Lugo acoge una muestra de 56 piezas, la mayoría de oro. De esas, 40 proceden de la colección de Álvaro Gil, que sus herederos vendieron a la Diputación lucense por más de dos millones de euros, y se consideran un Bien de Interés Cultural desde el año 2015. Las restantes 16 son fondos del museo.

La mayoría son gallegas, y una gran parte de ellas, lucenses. De otras se desconoce su origen, lo que deja incluso trabajo a la imaginación por el carácter casi mágico que desprenden las piezas. Todo lo que se puede imaginar es real, que decía Picasso.

Símbolo de poder y riqueza

La orfebrería prerromana utiliza el oro como consecuencia de la riqueza del Noroeste en cuanto a la materia prima. En esta colección, indican los carteles explicativos que hay dentro de la sala número ocho del museo, solo hay dos piezas de plata: un torques y una pulsera.

Destaca «el gran abanico cronólogico» de las piezas que hay en la exposición, explica la Directora del Museo, Aurelia Balseiro, que a la hora de elegir explica que «todas las piezas tienen su importancia y su valor».

El oro se conseguía en el lecho de los ríos, especialmente en época veraniega. La función es clara, adornar y simbolizar riqueza o poder. La colección incluye piezas que se sitúan en Burela, Foz, Lugo, Monforte, Viveiro y Mondoñedo, entre muchas otras ubicaciones.

Torques de Burela

Entre todas las piezas destaca el Torques de Burela, encontrado a mediados del siglo pasado. Pesa 1.812 gramos y es uno de los torques castrexos más grandes halladas en la Península Ibérica. La exposición incluye collares, brazaletes, pulseras, pendientes, anillos y otras piezas.

Las vitrinas alojan dos láminas de la Edad de Bronce cuyo uso aún está por determinar. «Hay otras dos exactamente iguales en la Bretaña francesa», explica Balseiro como curiosidad.

A nivel museográfico, la reforma de la sala de orfebrería conllevaría un aumento en «accesibilidad a todos los niveles, aunque también es más dinámica y didáctica, llena de contenido científico», explica la directora. Los elementos audiovisuales son otra de las apuestas de la estancia, que incluye pantallas y cascos para poder saber un poco más de las piezas, además de su procedencia, localización y posible significado.

Muchas de las piezas son lucenses, en tanto que otras tienen un origen desconocido