La polémica de los escudos se zanja con desatornillar la tapa colocada en lo alto del Lucus Agusti

LUGO

OSCAR CELA

El BNG reclama papeles de las actuaciones que llevó a cabo la Xunta

11 dic 2018 . Actualizado a las 22:03 h.

«Volver a la legalidad», como así pide el Concello de Lugo con respecto al escudo franquista que hay en lo alto de la puerta principal de acceso al Instituto Lucus Augusti, tiene un camino fácil. Basta con desatornillar los anclajes que sostienen la «armazón» colocada sobre el escudo franquista y llevarse el material a otro lado. Otra cosa diferente es conocer con detalle cuál es el proceso administrativo a seguir. Eso es lo que están valorando en la Xunta. Es posible que para llevar a cabo el trámite sea necesaria la solicitud de una licencia, el pago de tasas y la contestación del Concello. Todo eso podría enredar mucho más el lío actual.

Antes de tocarle al escudo, la Xunta encargó un informe a un especialista. Este recoge que las dimensiones del diseño preconstitucional son de 13,5 metros de ancho y una altura de 4, 43 desde la linea de cornisa. El método elegido para ocultar el escudo tenía en cuenta que este está representado en relieve y que su corona sobresale en su punto más desfavorable 14 centímetros sobre el plano del frontón posterior.

La solución elegida fue un recubrimiento con «Sate», un sistema de aislamiento por el exterior de la fachada. El material permite practicar oquedades en el mismo para encajar el escudo. Después le dieron un revoco para igualar el color al resto de pachos blancos de la fachada. Demás el «Sate» posibilitó la sujeción con un sistema de anclajes, similar a los tacos expansivos de plástico que se utilizan para colgar cuadros. Provocan una fuerza de comprensión en el poliestireno (uno de los materiales empleados) y así fijarlo a la base. Esos tacos son los primeros que hay que sacar para retirar luego el tapete.

Los nacionalistas quieren papeles

El portavoz del BNG en el Concello de Lugo, Rubén Arroxo, reclamó ayer que Concello y Xunta hagan públicos los expedientes relativos al tapado de los escudos franquistas en edificios públicos de la ciudad y toda la documentación referente a la denuncia presentada por la Policía Local en relación con el del Lucus Augusti. Las dos administraciones mantienen un enfrentamiento abierto que podría concluir con que el diseño preconstitucional acabe, de nuevo, mostrándose al público.

Arroxo dijo que el delegado de la Xunta, José Manuel Balseiro, «abriu un debate inexistente porque no PP están preocupados pola perda de apoios que van cara a ultradereita». Fuentes de la Xunta explicaron ayer que llamaba poderosamente la atención la actitud del BNG en el consistorio en el asunto de los escudos. La definieron como muy benévola con la alcaldesa y su equipo de gobierno aún cuando está poniendo multitud de dificultades para tapar los elementos heráldicos, algo que los nacionalistas vienen reclamando desde siempre. Sin embargo, apuntan desde a Xunta, los socialistas quedan muy salvados de las críticas nacionalistas.

Arroxo lamentó ayer que el organismo autonómico, «non se dea tanta présa para arranxar outros asuntos que ten pendentes en Lugo, como a apertura do novo auditorio ou darlle unha solución ao cuartel de San Fernando». Añadió «resultan sorprendente o apuro que amosa o delegado da Xunta para destapar os escudos anticonstitucionais mentres permite que outras cuestións, que son máis importantes para Lugo, permanezan sen solución».

El concejal nacionalista adelantó que su partido seguirá trabajando en todo momento para eliminar la simbología franquista de la ciudad según lo que establece a Ley da Memoria Histórica. Arroxo considera que a «grande maioría da poboación non comparte que se siga homenaxeando un réxime ditatorial que cometeu auténticas atrocidades. Seguiremos levando ás institucións iniciativas para avanzar na retirada dos símbolos relacionados co franquismo».