Arde Lucus sí, pero con «sentidiño», por favor

LUGO

Botellón en la fuente de San Vicente, adultos subidos a esculturas o niños encima de ventana arqueológicas afean la imagen de Lugo

17 jun 2019 . Actualizado a las 20:31 h.

Cuando se celebran acontecimientos con aglomeraciones se suelen ver actitudes que sacan lo peor que llevamos como ciudadanos. Y si aún por encima, este tipo de fiestas se desarrollan en cascos históricos, con monumentos milenarios o con esculturas que adornan una ciudad, cualquier actitud poco cívica hace más daño a la vista de los que quieren vivir la fiesta en paz.

Hay varias actitudes que se han ido poco a poco desterrando, como orinar junto a los monumentos, gracias a la instalación de baños móviles, pero otras parece que son eternas. Y si no que se lo digan al pobre San Vicente, que corona la fuente barroca de la Praza do Campo. En la noche del sábado al domingo fue usada como papelera para depositar latas y botellas. Algunos rompieron los cascos de cerveza sobre las piedras e, incluso, hubo los habituales graciosos que se volvieron a subir a la fuente a abrazarse al santo, que ya tuvo que ser reparado en más de una ocasión.

Pero no pensemos que las posturas incívicas son solo de un grupo de jóvenes de botellón. ¿Por qué una estatua de hierro que representa a una biga romana tiene que soportar que hasta seis adultos y adultas, más cercanos a los 50 años, se suban a lomos de unos hierros que ya tuvieron que ser reparados con el dinero público? Así sucedió este domingo al mediodía, a plena vista , mientras los escolares lucenses desfilaban muy orgullosos.

Precisamente durante el desfile se vieron imágenes poco gratificantes. Como las de chavales sentados en lo alto de la Muralla, con el riesgo de caída desde una altura de unos 10 metros. O media docena de críos jugando con las espadas encima de la ventana arqueológica que protege restos del acueducto romano en San Marcos y sin que ningún progenitor dijese nada.

Celebrar una fiesta no debería ser sinónimo de destrozar lo que es de todos y lo que nos han legado.