Lugo mirando al tren

José Manuel Carballo OPINIÓN

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

09 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado casi 150 años desde que en 1875, llegada del primer tren a Lugo tirado por una locomotora Mikado, se inauguraba el puente de A Chanca que abría el camino ferroviario con España y que inaugurará en el año 1883 el mismísimo Rey Alfonso XII así como la línea A Coruña?Lugo?Monforte-Madrid.

En 1963 se inauguran los ferrobuses, que facilitaran las conexiones entre la provincia y la capital. Pero a partir de ahí, no pasa desapercibida la evolución negativa y el deterioro de nuestra estación y los servicios en la provincia de Lugo, tráfico de pasajeros, de mercancías que tienen destino u origen Lugo y su provincia. Se perdió la vida comercial que tenía el barrio de la estación.

En la primera mitad del siglo pasado, Lugo recibía y sacaba miles de pasajeros. Facturaba al mercado nacional: ganado, carne, leche, hortalizas, maderas, etc. Al tiempo que recibía de otras provincias aceite, arroz, pimentón, etc.

No se nos olvida el ajetreo de la estación, del Bar París, la cantina de la propia estación, el quiosco de prensa, o empresas como La Camerana regentada por la familia Puga, Herrero Lobejón entre otras. Nos vienen al recuerdo trenes con nombres como: «O Catalán», el Expreso, el Talgo, el «Shanghái», el TAF, el TER, el tren Correo y otros.

A día de hoy, Lugo se halla en una espera positiva, con proyectos para una nueva estación Intermodal, nuevas vías electrificadas, nuevos trenes y en un futuro corto con conexiones y líneas de alta velocidad.